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Paysandú, Sábado 08 de Octubre de 2011

Estudiante sanducera obtuvo medalla de plata en XVI Olimpiada Iberoamericana de Química

Locales | 05 Oct La estudiante sanducera María Soledad Martínez (18 años) obtuvo una medalla de plata en la XVI Olimpíada Iberoamericana de Química (OIAQ), que tuvo lugar del 17 al 24 de setiembre en Teresina, capital del estado norteño de Piauí, Brasil, y que reunió a más de 60 estudiantes de 14 países. Junto a Soledad, formaron parte de la delegación uruguaya Virginia Fleitas, quien obtuvo Medalla de Bronce; y Mariana Carbone y Rodrigo Manassi, que lograron menciones honoríficas.
Desde que estudiantes sanduceros participan en la OIAQ “siempre han clasificado”, dice la profesora Susana Molinari, quien apoyó a Soledad en la parte de su preparación a nivel local (el entrenamiento incluyó además frecuentes viajes a Montevideo para hacer prácticas). “Han ido a Turquía, a Cuba, a México...”. Sin embargo, es la primera vez que uno de ellos logra un premio tan destacado. “Otros uruguayos habían traído medallas, pero no un sanducero. Así que es nuestra primera medalla”. EL TELEGRAFO dialogó con la joven estudiante y la docente en el Laboratorio de Química del Liceo Nº 1 “Química Farmacéutica Elida Heinzen”.
Buenos momentos compartidos
Teresina “es una ciudad muy grande, que está dividida por un río”, relata Soledad. “De un lado es más moderna que del otro, y es muy calurosa, porque es bien en el norte. Chicos y chicas estábamos en hoteles diferentes. Eramos 14 chiquilinas, y el resto eran varones”. Más que la competencia en sí misma, para la joven lo más destacable fueron los momentos compartidos con jóvenes de otros países, unidos por el gusto por la química. “Compartimos muchas cosas: la cultura, las palabras... Nos reímos, nos divertimos, lloramos, pero nunca se sintió ese clima que te lleva decir que vas a ser el mejor, o que sabés más que el otro, todo eso que pensás que vas a encontrar”. “En una competencia de este nivel, acota Susana, es común que exista ese clima fraterno, en el que los estudiantes más bien ‘compiten contra ellos mismos’”. La interacción con los chicos de otros países fue tanta, que incluso planean hacer un encuentro iberoamericano. “Lo que compartimos en esa semana fue algo tan lindo que no nos queríamos volver. Fue fea la despedida, pero seguimos en contacto”.
La competencia constó de un examen con 8 problemas teóricos en las áreas de Química Orgánica, Química Inorgánica, Química Analítica y Físico Química (2 de cada uno). La parte experimental comprendió un problema de Química Analítica, y otro de Química Orgánica. “La experimental fue el domingo y la teórica el martes. Tanto una como otra duraron 5 horas”, continúa Soledad. Recuerda que el momento en que se dieron a conocer los resultados fue para ella “muy raro. Estaba muy nerviosa, porque sentía que en la experimental me había ido muy mal”. Además, entre la entrega de las medallas de bronce y las de plata hubo una pausa, y en la primera parte sus tres compañeros habían pasado a recibir sus premios. “Ahí yo ya decía: ‘bueno, todos llevan algo menos yo... Que me perdonen”. Cuando escuchó que la llamaban para recibir la Medalla de Plata, “no lo podía creer”.
Experiencia inolvidable
La experiencia fue tan enriquecedora, que Soledad no quiere guardarla para sí misma. “Quiero compartirla con los otros, quiero que otros chiquilines tengan oportunidad de vivirla”, dice, y pide que lo que habla con nuestro medio “no se tome como un ‘yo gané una medalla de plata, yo quiero demostrar mi logro, que es mío y lo hice yo’. No, lo que quisiera es que se enteren los demás estudiantes y que tengan oportunidad de participar en esto, que sinceramente es muy lindo. Que se enteren, que puedan participar, que se animen. Acá está esta señora, que es muy buena profesora, y si no fuera por ella yo no hubiera llegado hasta acá”, dice refiriéndose a Molinari. Más tarde agrega que siente que el logro no es solamente suyo, que “hay muchas personas detrás que me ayudaron a llegar. Es de todos”.
El premio obtenido por Soledad es un orgullo para el Liceo Nº 1 y para Paysandú todo.
Además, dice Susana, reafirma la convicción “de que cuando se quiere se puede, que solo hay que tener ganas; que --buscando-- siempre hay gente que te puede apoyar”, reflexiona la docente. “Siempre hay alguien. Y siempre hay que seguir adelante, y si no te sale algo, igual seguir, que se logra. Realmente se logra”.


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