Paysandú, Domingo 09 de Octubre de 2011
Rurales | 04 Oct La confirmación de un foco de aftosa en la región representa una amenaza cercana y palpable para la pecuaria uruguaya. Es cercano el recuerdo de lo que pasó en el último brote de la epidemia en el país, y lo que está sucediendo en Paraguay confirma que las cosas para un país exportador no han cambiado.
De acuerdo a lo informado por Faxcarne esta semana, el precio del novillo en Paraguay se desplomó a unos G$ 10.000 el kilo carcasa, equivalente a U$S 2,44, 40% por debajo del precio anterior a que se cerraran los mercados de exportación.
Más allá de ello, que provoca escalofríos de solo pensar en la posibilidad que el virus llegue a Uruguay, en el corto plazo se abre una ventana, establece el informe de Negocios Ganaderos de Tardáguila Agromercados. Hay un jugador menos en el mercado y eso se siente. Nada que haga variar de forma drástica los equilibrios, pero comenzaron a observarse algunas señales que indican que el mercado reacciona ante esta nueva realidad.
La incidencia más importante de Paraguay es en tres destinos clave: el principal en volumen (Rusia), en precio (la Unión Europea) y el principal de la región (Chile).
Empezando por este último, desde la industria uruguaya se manifiesta que se están recibiendo más llamados y consultas, con algunos negocios adicionales concretados. Según Faxcarne, se hicieron algunas ventas de delantero con bife ancho a U$S 6.200 por tonelada CIF. Recién pasaron las fiestas patrias chilenas de mediados de setiembre, por lo que uno de los picos de consumo ya quedó atrás. Pero los chilenos deberán empezar a prepararse para la demanda adicional de fin de año. Se da por descontado que el principal beneficiado con la salida de Paraguay será Brasil, pero parece claro --al menos las consultas iniciales así lo indican-- que Uruguay venderá más que lo que lo haría con Paraguay habilitado.
En Rusia las señales son menos claras. Pero hay un hecho a tener en cuenta. A principios de esta semana se desató una crisis política con la salida del ministro de Finanzas, Alexei Kudrin --en el cargo desde el año 2000--, considerado garante de una política fiscal austera. El rublo bajó fuerte ante esta inesperada noticia. Pero los importadores de carne, quienes habían hecho una pausa en sus compras por la inestabilidad global a finales de la semana pasada, retornaron al mercado pocas horas después de la salida de Kudrin a los mismos precios que a principios de la semana pasada. Se paga en el eje de U$S 4.750 CIF por el chuck & blade (aguja, paleta y cogote), el mismo precio al que se cerraron negocios durante la feria rusa World Food Moscow previo a la aftosa. Algo les impidió reducir sus precios de compra, y seguramente la ausencia guaraní haya jugado en este sentido.
En el caso de la Unión Europea, Paraguay estaba marcando los pisos de precios para el enfriado. Argentina, con una muy escasa oferta y con la marca más reconocida, es quien logra los mayores precios y con un diferencial respecto a los demás oferentes mayor al usual (consecuencia de la mencionada escasa oferta).
Uruguay se ubicaba en un nivel intermedio y Paraguay con precios inferiores. Exportadores uruguayos comentaban que no era fácil argumentar sobre los abultados descuentos respecto al precio argentino, ya que los importadores solían retrucar que en Paraguay se lograban cotizaciones por debajo. Ahora ese piso no existe más. Según Faxcarne, esta última semana los precios en Argentina se mantuvieron firmes pero en los mismos niveles que durante la anterior. Sin embargo, los exportadores uruguayos lograron precios mejores, en el eje de U$S por tonelada 16.800 FOB por el rump & loin Hilton exportado a Alemania. Parece claro que la salida de Paraguay permitió esta mejora.
Por lo tanto, más allá de la amenaza y de lo negativo que es para el Mercosur que haya reaparecido el virus de la aftosa, en el corto plazo se generan algunos negocios adicionales para los exportadores uruguayos. En momentos de harta sensibilidad y cautela por la inestabilidad económica global, en mercados claves como los mencionados se genera una ausencia que ayuda a mantener las cotizaciones firmes. Nada que altere los mercados de forma muy significativa, pero lo suficiente para marcar pisos para la carne que serían algo inferiores con Paraguay habilitado. Y ello debería significar también --aunque la situación de la industria sigue siendo difícil, en estos momentos con seis plantas sin actividad-- un piso en el precio del ganado más cercano.
Hay condiciones que tiran para abajo los precios de la hacienda terminada (la crisis global, la baja del real), pero hay otras que lo sostienen (escasa oferta en la región), y la aftosa guaraní es una pesa más en este segundo plato de la balanza.
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