Paysandú, Martes 11 de Octubre de 2011

Deserción que debe tener respuestas

Opinion | 04 Oct Los datos divulgados por EL TELEGRAFO respecto a los índices de repetición y deserción estudiantil en la adolescencia –que naturalmente, están ligados entre sí en cuanto a la interrelación de causas y consecuencias— indican que en la última década los porcentajes de repetición en el Ciclo Básico han aumentado en enseñanza secundaria, a la vez que los porcentajes actuales de repetición en primer, segundo y tercer año son notoriamente más altos que los de la experiencia de séptimo, octavo y noveno rural.
Se desprende de estas cifras que en el mismo año de estudio obtienen mejores resultados los estudiantes que concurren a las escuelas del medio rural que en los liceos, y que tanto en uno como en otro sistema quienes más repiten son los de primer año, séptimo rural equivalente.
De acuerdo a datos del Observatorio de la Educación de la División Investigación, Evaluación y Estadística del Codicen, en 2010 un total de 132.007 estudiantes cursó el Ciclo Básico Público, y de este total el 30,2% de los alumnos de primer año repitió, lo mismo que el 24,4% de los de segundo y el 27,2% de los de tercero. En tanto en escuelas rurales repitieron el 20,4% de los de séptimo año, 16,7% de los de octavo y 17,6% de noveno, lo que equivale a un primero, segundo y tercero de Ciclo Básico, puesto que al término de ese ciclo los alumnos de escuelas rurales se insertan en cuarto año liceal. Igualmente, el porcentaje de repetición también ha ido aumentando en la experiencia de séptimo, octavo y noveno desde 2004.
El informe del referido Observatorio fija en 18,4% el porcentaje de repetición en 2010, en tanto que fue de 18,8% en 2009, 16,6% en 2008, 13,6% en 2007, 14,6% en 2006, 14% en 2005 y 14% en 2004, lo que indica que la tendencia es creciente y ha aumentado en casi cinco puntos porcentuales en solo seis años, es decir casi un cuarenta por ciento. Estas cifras son ilustrativas, pero no son las únicas disponibles, desde que el mayor porcentaje de repetición ha sido más alto --en casi todos los años mencionados-- en el séptimo año, situándose en 2010 en un 20,4%. En lo que respecta a Secundaria pública, en 2010 primer año registró un 30,2% de repetición, segundo un 25,4% y tercero un 27. Los datos del Observatorio de la Educación que elabora el Codicen indican también que la cantidad de alumnos liceales del ciclo básico que repiten es más de un cincuenta por ciento (15,5 puntos porcentuales) superior en Montevideo que en el Interior. En 2010, el 37,3% de estudiantes que cursaron de primero a cuarto año en Montevideo repitió el año que cursaba, en tanto en el Interior lo hizo el 21,8%.
Tanto en la capital como el Interior el porcentaje más alto de repetición se da en primer año de Secundaria, aunque las cifras de Montevideo casi duplican las del Interior, con un 42,9% en la capital (la mayor en los últimos once años) y un 24% en el Interior, lo que pone de relieve escenarios diferentes en cuanto a números pero con el común denominador de un déficit manifiesto en esta área.
Para el presidente de la Asamblea Técnico Docente (ATD) de Secundaria, Carlos Rivero, según manifestó al diario El País, el aumento de la repetición en primer año “tiene que ver con cómo salen los gurises desde Primaria” y agregó que a principios de año las ATD estimaron que “el 25% de los alumnos que salen de Primaria pasan por algún plan especial para pasar a Secundaria”, como “planes sociales relacionados con el Ministerio de Desarrollo Social, cursos de aceleramiento, pases de extra edad y lo que se llaman pases sociales” y definió a los “pases sociales” como la promoción de los alumnos que cumplen 15 años “aunque no estén en condiciones”, porque “Primaria está obligada a que el alumno salga de su sistema cuando llega a esa edad”.
Es decir que se han reducido las exigencias en conocimientos adquiridos para una promoción de carácter “social” que es como hacerse trampas al solitario, desde que se pretende mejorar los números en ancas de una caída abrupta de la calidad, para una inserción social que no existe, porque el niño/adolescente seguirá igual ignorante por más promoción que le regalen.Pero a la vez no solo deben buscarse las causas en Primaria, sino que el estudiante en muchos casos deja los cursos porque tiene el convencimiento de que no son una respuesta para la demanda laboral del mundo actual, desde que se desarrollan en base a generalidades que no capacitan para el trabajo y no se está a tono con la demanda de las empresas, lo que el joven debe buscar por otro lado, en el mejor de los casos. Asimismo, la enseñanza secundaria se ha devaluado a tal extremo procurando una falsa “inserción social”, así como por captar al joven que no le interesa en absoluto estudiar pero por el que se realizan esfuerzos titánicos para promoverlo, que se desestimula a los que aún podrían tomarse en serio el sistema. Y de seguir en esta línea, con reformas que apuntan a regalar el pase eliminando el sistema de evaluaciones, para así evitar cualquier obstáculo hacia la promoción, pronto el Bachillerato será tan trascendente como la promoción del jardín de infantes, por lo que no solo no tendrá valor alguno para quien busque un empleo digno, sino que tampoco resultará interesante para los estudiantes.
No se trata por lo tanto solo de más y más recursos, como reclaman una y otra vez los gremios de la enseñanza, sino en empezar por generar un diagnóstico real de la situación.


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