Paysandú, Martes 11 de Octubre de 2011

Muchos recursos y poco servicio

Opinion | 06 Oct A partir de las manifestaciones del presidente José Mujica respecto a que han tomado rumbo desconocido fuertes partidas de ASSE que iban a ser destinados para cubrir 700 vacantes, lo que a la vez dio lugar a remociones de dos jerarcas del organismo de confianza del propio mandatario, ha quedado implícitamente reconocido a nivel oficial una situación de caos administrativo en ASSE, por decir lo menos, que es nada menos que el organismo encargado de los hospitales de salud pública en el Uruguay y que son parte fundamental de la reforma de la salud.
El Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS) fagocita cuantiosos recursos sin devolver en la misma medida en servicios todo el aporte de la sociedad para sostenerlo, y ello debería preocuparnos sobremanera, más allá de determinar responsabilidades sobre todo con el objetivo de instrumentar los correctivos del caso.
Lamentablemente, todo indica que ni el ministro de Salud Pública, Jorge Venegas, ni los directores de la Administración de los Servicios de Salud del Estado pudieron aportar datos en el Parlamento sobre el destino de los recursos presupuestados para la contratación de vacantes.
Los jerarcas comparecieron ante la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, convocados para explicar la situación de los centros de salud estatales a la salida de una huelga de los funcionarios, los que naturalmente han asumido una postura gremial en defensa de sus intereses hasta llegar a este conflicto. Consultado Venegas ante los comentarios del presidente José Mujica sobre que el dinero en cuestión fue utilizado para resolver el conflicto de los anestesistas a fines del año pasado, para lo cual se otorgó una partida de 200 millones de pesos por Rentas Generales, anunció que se conformó a nivel oficial una comisión técnica para determinar en qué se gastó el dinero, por lo que sin hacer mención de manera específica, descartó lo afirmado por Mujica.
“Tenemos ciertas dificultades en cuanto a información, pero queremos dejar claro que no existe absolutamente ningún desvío ni transposición de rubros”, afirmó. Venegas dijo que los recursos humanos es el tema más importante de la reforma de la salud y admitió ciertas “iniquidades” en cuanto a salarios y distribución.
Adjudicó parte del problema a que las comisiones de apoyo, por las cuales se contrata a funcionarios en forma directa, “se han desvirtuado”. El ministro prometió estudiar el tema, y señaló que en salud “no hay gastos, hay inversiones”. A su entender, las carencias de ASSE “se deben a que la población le exige respuestas al sistema”.
Y por supuesto que debe ser así, porque de eso se trata, de devolver en servicios lo que todos los uruguayos aportamos no con poco esfuerzo de nuestros bolsillos para el sistema de salud. Por supuesto, las vacantes son solo una parte del problema y seguramente no la más importante, porque hay serios problemas de gestión que determinan que se aprovechen solo en una mínima parte los recursos humanos y materiales disponibles, con responsabilidades que se diluyen en el mar de burocracia inherente al Estado.
Debe tenerse presente asimismo que mientras el sindicato reclama dos mil ingresos, hay un 20 por ciento de ausentismo en el área de la salud estatal, por lo que bastaría reducir a la mitad las ausencias de rutina para prácticamente cubrir el déficit que se menciona.
Pero quedó de relieve en esta instancia parlamentaria que las autoridades en realidad no saben cual fue el destino de los fondos y además tampoco cuentan con un informe fehaciente de las necesidades reales que tiene ASSE en cuanto a recursos humanos, desde que lo único que se tiene sobre la mesa es el planteo del representante de los funcionarios en el Directorio, Alfredo Silva, quien pidió 2.000 funcionarios más y que recogió en su pedido en la Rendición de Cuentas el destituido ex presidente del organismo, Dr. Mario Córdoba.
Esto es asimismo una demostración de cómo se han venido manejando las cosas en ASSE, desde que el representante de los trabajadores defiende naturalmente en forma prioritaria los intereses del sindicato, cuando la población, el usuario, debería ser el leit motiv de los desvelos de los directores. ASSE tiene además el mayor presupuesto de su historia cuando cuenta con 400.000 usuarios menos por efectos de la reforma de la salud, lo que sin embargo no obsta para que se mantengan falencias históricas, con demoras en la atención a los pacientes, problemas en los CTI y en otras áreas, fallas en la coordinación y en disponibilidad de medicamentos, así como carencias edilicias.
Debe reconocerse que ASSE es un verdadero “monstruo”, con gran burocracia y recursos humanos que como ocurre tantas veces dentro del Estado, resulta muy complejo de controlar, lo que implica además que al mismo tiempo que hay notorias deficiencias en la atención se superponen servicios por falta de coordinación.
Lo que se requiere, indudablemente, es una mejora sustancial en la gestión de ASSE, que no se desvirtúen roles, desideologizar decisiones y desburocratizar, para que el usuario finalmente perciba una mejora en su gestión como resultado de los enormes recursos que los uruguayos todos aportamos al sector, y que evidentemente son mal administrados.


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