Opinion | 13 Oct En muchos países, incluyendo Uruguay, el cáncer de mama es un grave problema sanitario, cuya importancia se ha acrecentado: se registran 1.800 casos nuevos de cáncer de mama al año y mueren más de 600 mujeres por esta enfermedad. Los datos se mantienen incambiados desde 2004.
Según información de la Comisión Honoraria de Lucha contra el Cáncer, el cáncer de mama es la primera causa de muerte por cáncer en mujeres (22,9%) y le sigue el cáncer de colon rectal (12,65%). Aunque no se trata de un tema que esté en forma permanente en la agenda pública, a nivel de los medios de comunicación, sí es objeto de acciones permanentes y a veces desconocidas por la población. En el Uruguay, cuyo perfil oncológico es similar al de los países desarrollados de occidente, el cáncer de mama tiene una importancia primordial. La tendencia de la mortalidad --francamente ascendente-- y la incidencia, que prácticamente duplica la de pulmón en hombres, hablan de la magnitud de su importancia.
La prevalencia de este cáncer en forma asintomática en la mujer uruguaya, poco habituada al autoexamen mamario, también ha de ser alta y justifica la realización de campañas de educación y de detección precoz. La prevención del cáncer de mama, es decir, la instrumentación de medidas para evitar su aparición en mujeres sanas, tiene actualmente posibilidades muy escasas. Estarían limitadas a evitar que las mujeres sean sometidas a estudios radiológicos de senos y de tórax innecesarios, a aconsejar el amamantamiento de los hijos y a evitar la ingestión de dietas hipercalóricas, sobre todo con excesos de grasas. En cuanto a la prevención secundaria, es decir la detección del tumor en etapas iniciales y por consiguiente con mejores posibilidades de tratamiento, se basa en la implementación de medidas como la enseñanza del autoexamen mamario, el examen clínico médico de la mama y regiones ganglionares satélites y la realización de mamografías.
Organizaciones no gubernamentales, servicios de salud pública y privada e incluso normativa legal, forman parte del amplio panorama de acciones tendientes a concientizar sobre la importancia de la prevención. Aún así, son muchas las mujeres que no se controlan. En este sentido, cabe recordar que desde el año 2000 existe una ley --la 17.242--- que otorga un día libre al año, con goce de sueldo, para que las trabajadoras de la actividad pública y privada se realicen mamografías y papanicolau. Es importante utilizar estos instrumentos de prevención disponibles de forma que puedan ser más efectivos y salvar más vidas.