Paysandú, Lunes 17 de Octubre de 2011

Los festejos del centralismo bicentenario

Opinion | 16 Oct Unos trescientos mil montevideanos asistieron a los festejos realizados el pasado lunes para celebrar los doscientos años del (¿comienzo?) del proceso de emancipación dado que en la fecha elegida, hace dos siglos, el General Artigas fue designado Jefe de los Orientales, en la “Quinta de La Paraguaya”. La festividad se centralizó en cuatro enormes escenarios instalados en el entorno de la Avenida 18 de Julio --de Montevideo, por supuesto--, actuando en ellos una veintena de grupos artísticos de Uruguay, Argentina, Chile y España. La mayor parte del espectáculo fue transmitido en directo por los canales montevideanos por lo que los televidentes del Interior pudieron disfrutar de innúmeras entrevistas a destacados políticos, numerosos opinólogos, la gran mayoría de los artistas actuantes y hasta algunos breves pasajes de las actuaciones de los excelentes artistas presentados.
Si observáramos estos hechos con ojos de espectador foráneo seguramente concluiríamos que fue un buen espectáculo exitosamente organizado, pero si lo apreciamos con ojos y mente de orientales, de habitantes de la República Oriental del Uruguay, debemos concluir que se trata de un verdadero dislate, fundamentalmente porque hasta el momento no hay ninguna información oficial que indique que se vayan a realizar en el Interior inversiones en festividades económicamente proporcionales a las de la capital de la República.
Veamos: estos festejos del Bicentenario en Montevideo a que hacemos referencia le costaron al país entre cuatro y cinco millones de dólares. Considerando que la población de Paysandú es a grosso modo un 10% de la de Montevideo, cabría suponer que para la “Capital del Artiguismo”, lugar elegido por el Patriarca para establecer la Capital de los Pueblos Libres y paradójicamente situado bien lejos de la actual área Metropolitana, el gobierno central habría destinado al menos cuatrocientos mil dólares para festejar el “bicentenario”. De igual forma, cada uno de los 18 departamentos del Interior deberían haber recibido una cuota parte de una partida igual a la de Montevideo, para poder decir que somos todo Orientales, habida cuenta que la mitad del país está más allá del Santa Lucía.
Pero, lo que realmente duele a los que verdaderamente piensan en la historia es ver cómo se gasta más de cuatro millones de dólares en unas horas de “pan y circo” mientras el Estado niega los recursos necesarios para recuperar Purificación.
Porque con la tercera parte de lo que se “quemó” en el asfalto de la capital, el Uruguay todo podría haberse hecho para ésta y las próximas generaciones, de lo que debería ser el máximo santuario de los orientales, que es el lugar elegido por el mismísimo General José G. Artigas para establecer su gobierno. Y lo que sostenemos no es una quimera: considerando el valor de mercado de los campos de la mejor calidad en Uruguay –suelos profundos de tierra negra--, en ocho mil dólares la hectárea, bastarían un millón seiscientos mil dólares para cumplir con el mandato de la ley 17.631, que dispone la creación del “Parque Nacional de Purificación”, expropiando las 200 hectáreas que aconseja actualmente la Comisión Nacional de Patrimonio para tal fin. Estos valores que manejamos incluso pueden considerarse exagerados, porque es bien sabido que las tierras en el área en cuestión, valen mucho menos que eso.
Entonces, ¿es posible pensar que en el dinero que juntamos pagando uno y mil impuestos todos los orientales, haya para pagar un gran espectáculo en Montevideo pero nada para recuperar nada menos que el lugar donde Artigas estableció la capital del Protectorado de los Pueblos Libres?
No, no podemos creer que no exista la disponibilidad para cumplir con la Ley, porque recordémoslo una vez más, no se trata de un capricho ni nada por el estilo, se trata de cumplir con la ley que dispone la recuperación de la Villa de la Purificación para que todos los orientales, sin divisiones territoriales ni de ninguna otra forma puedan honrar al creador de nuestra nacionalidad.
Si es cierto que “las grandes verdades se dicen en broma”, recordemos lo que sostenía un veterano periodista sanducero quien afirmaba que “Dios está en todas partes, pero atiende en Montevideo” o, y le damos la razón al dibujante Edgardo que en “Guambia” (“Últimas Noticias”) en su edición del pasado martes 12 de este mes, expresaba en un diálogo de caricaturas: “--¿Desde cuándo se le da tanta importancia a la asamblea de la Quinta de La Paraguaya?”
“--Desde que se dieron cuenta que no había otros hechos de 1811 para recordar que hayan ocurrido en Montevideo”.
El esfuerzo por lograr una efectiva y total descentralización, la lucha por recuperar la Villa de la Purificación están sin dudas inspiradas en los términos que sostuvo Artigas al iniciar su campaña, en Mercedes, el 11 de abril de 1811: “Unión, caros compatriotas, y estad seguros de la victoria. He convocado a todos los compatriotas caracterizados de la campaña; y todos, todos se ofrecen con sus personas y bienes, a contribuir a la defensa de nuestra justa causa”.
“¡A la empresa compatriotas! Que el triunfo es nuestro: vencer o morir sea nuestra cifra; y tiemblen esos tiranos de haber excitado vuestro enojo, sin advertir que los americanos del Sur, están dispuestos a defender su patria; y a morir antes con honor, que vivir con ignominia en afrentoso cautiverio”.


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