Paysandú, Jueves 20 de Octubre de 2011
Rurales | 17 Oct Un conjunto de seis corderos que hoy tienen poco más de un mes, dados a luz por tres ovejas receptoras de embriones (una de las cuales produjo trillizos), es un aspecto central del esfuerzo que coordinó la Fundación IRAUy que produjo el nacimiento de los primeros corderos de probeta --producidos por fertilización in vitro-- en Uruguay.
El doctor Alejo Menchaca, veterinario e investigador que dirigió el equipo de profesionales que posibilitó este logro, manifestó que se utilizó material genético de padres Merino Dohne y madres Corriedale, aunque de manera casual pues el objetivo no fue desarrollar un programa para tal o cual raza o cabaña. Lo realmente valioso es que “tenemos una nueva biotecnología disponible para multiplicar ovejas”. En efecto, la producción de embriones in vitro es la tecnología que permite la mayor capacidad de multiplicación de una hembra, “probablemente en 40 o 50 veces”, se afirmó.
Asociada a programas de mejora genética donde se identifican las ovejas con características de interés productivo, “es posible incrementar significativamente la tasa de reproducción de esas hembras”. Precisó que en Uruguay se venían logrando importantes avances con esta tecnología, incluso por la acción de otros grupos de investigación.
Estos seis corderos nacieron por parto natural y tuvieron un peso corporal normal (de tres a cuatro kilos), y marcan “un hito” en la reproducción ovina nacional al quedar esta tecnología disponible para el sector productivo. La producción in vitro de embriones consiste en una serie de técnicas que permiten la generación de nuevos individuos en el laboratorio, fuera del útero materno. Para esto se obtienen los ovocitos o gametos femeninos mediante punción de los ovarios. Posteriormente se utiliza semen congelado para realizar la fertilización in vitro.
Luego de la fertilización comienza la etapa de desarrollo de los embriones. Este proceso se realiza en condiciones controladas de atmósfera y temperatura, en equipos diseñados para tal fin y en medios de cultivos específicos. Se espera así una semana hasta que los embriones alcancen un desarrollo adecuado y posteriormente se transfieren a ovejas receptoras. La transferencia de los embriones al útero receptor se realiza mediante endoscopía bajo anestesia de las hembras. Estas receptoras en cierta forma prestan sus úteros para dar lugar a la gestación y son quienes luego criarán los corderos.
organización
Menchaca indicó que “en nuestra organización tenemos tres grandes áreas de actividad: la investigación donde se enmarca este proyecto, la capacitación para veterinarios y los servicios”. Expresó que “el objetivo en esta primera fase fue poner a punto la técnica y dejarla disponible, es decir que no hubo un motivo comercial”.
Ciitó a modo de referencia que “es una técnica de costos comparativos con una transferencia de embriones convencional, algo que varios productores usan y que de hecho nosotros la aplicamos en predios comerciales”. Disponer de esta nueva tecnología da lugar a dos grandes aplicaciones.
Por un lado, “nos interesa que el productor la aplique porque trabajamos en el campo, no sólo hacemos investigación en el laboratorio, llevamos también la tecnología a los predios; obviamente no son técnicas de aplicación masiva, pero queremos que esté disponible y haga su aporte”. Por otro, en un plano más científico, “esta técnica nos permite avanzar con diferentes líneas de investigación en fisiología y biología de la reproducción, y a su vez también incorporar técnicas más complejas, como la transgénesis y clonación, en las que venimos trabajando hace menos tiempo”.
Menchaca subrayó a El Observador que de la mano de estos progresos Uruguay podrá contar en los próximos años con las más modernas técnicas de reproducción animal y manipulación genética y proyectarse así “hacia la ‘Era biotecnológica’ de este nuevo siglo”.
El grupo liderado por el Dr. Menchaca es reconocido también en países de la región, y hace algunos años llevaron adelante un programa a gran escala en China produciendo varios miles de embriones de Merino Súper Fino. El 100% de los recursos en este emprendimiento fueron generados en Uruguay. Trabajaron científicos de reconocida trayectoria pertenecientes a la Fundación IRAUy y al Instituto Pasteur de Montevideo. El grupo de IRAUy fue dirigido por Menchaca y la Dra. Teresa de Castro y lo conformaron los veterinarios y/o biólogos Marcela Vilariño, Andrea Pinczak, Pedro dos Santos Neto, Robert Wijma, Natalibeth Barrera, Richard Núñez y Camila García Pintos. También tuvo un rol protagónico la Dra. Martina Crispo del Instituto Pasteur de Montevideo. Menchaca destacó el apoyo de la ANII, del Pedeciba (Udelar) y de Syntex, Cenra, Cabaña Tres Árboles, Fundación Zonamérica y Jacksonville.
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