Opinion | 20 Oct Con el lema “Invirtamos en salud mental”, se conmemoró recientemente el Día Mundial de la Salud Mental, cuyo objeto es sensibilizar y fomentar un debate más abierto sobre los trastornos mentales y promover la inversión en servicios de prevención, sensibilización y tratamiento. La falta de tratamiento de los trastornos mentales y neurológicos, y de los relacionados con el consumo de sustancias es enorme, en especial en los países con recursos escasos, alertó la Organización Mundial de la Salud.
El organismo internacional recomendó aumentar la inversión en salud mental y dirigir los recursos disponibles hacia servicios más eficaces y humanitarios, especialmente en los países de ingresos bajos y medios --donde la inversión en esta área es de aproximadamente 0,30 dólares por habitante, cuando se considera que la inversión necesaria es de al menos 3 a 4 dólares por habitante-- que dedican menos del dos por ciento de su presupuesto sanitario a la salud mental. Asimismo, alertó que en éstos, una parte considerable de esos limitados recursos va a parar a los grandes hospitales psiquiátricos y no llega a los servicios que prestan la comunidad y los centros de atención primaria de salud.
Cerca de la mitad de los trastornos mentales se manifiestan antes de los 14 años, en tanto figuran entre los factores de riesgo de las enfermedades transmisibles y las no transmisibles. También pueden dar lugar a traumatismos no intencionales o intencionales. Por otra parte, el estigma que pesa sobre los trastornos mentales y la discriminación de los enfermos y sus familiares hace que las personas no soliciten atención de salud mental, mientras que las denuncias de violaciones de los derechos humanos de los pacientes psiquiátricos en la mayoría de los países son frecuentes e incluyen la coerción física, la reclusión y la privación de las necesidades básicas y la intimidad. Pocos países cuentan con un marco legal que proteja debidamente los derechos de las personas con trastornos mentales. En nuestro país el MSP acaba de presentar los principales contenidos estratégicos y nuevas prestaciones en salud mental a través de su incorporación al Plan Integral de Atención en Salud. Si bien es cierto que resultan alentadoras estas noticias, es necesario una rápida instrumentación de la ampliación de servicios de este tipo, con financiación y recursos humanos para brindar una atención adecuada y sostenible en el tiempo. Por otra parte, no se puede desconocer que la promoción de la salud mental requiere que se adopten medidas multisectoriales, en las que participen diversos sectores del gobierno y organizaciones no gubernamentales o comunitarias, con la finalidad de promover la salud mental durante todo el ciclo vital, para garantizar a los niños un comienzo saludable en la vida y evitar trastornos mentales en la edad adulta y la vejez.