Opinion | 23 Oct A partir de mañana y hasta el 29 se desarrollará una nueva edición de la Semana Nacional de la Seguridad Vial, cuya consigna para este año es “en tránsito, nos cuidamos todos”. En verdad sería muy bueno que nos dijéramos esa sencilla frase cada vez que nos subimos a un vehículo.
Si realmente todos lo hiciéramos y tomáramos las medidas de prevención y seguridad necesarias cada vez que como peatones o conductores salimos a la calle, seguramente habrían menos accidentes de los que se registran cada día a lo largo y ancho del país y además estaríamos generando un impacto y un cambio positivo profundo para las generaciones venideras.
La estadística más reciente indica que en 2010 la siniestralidad en el tránsito registró más de 28.000 accidentes, con una tasa de 16.6 fallecidos cada 100 mil habitantes.
El presidente de la Unidad Nacional de Seguridad Vial, (Unasev), Gerardo Barrios, dijo que durante la semana el énfasis de la campaña estará en repasar lo realizado durante estos cuatro años de funcionamiento de la misma para descubrir cuáles son las debilidades y mejorar los resultados a nivel nacional.
En este sentido, recordó que en Uruguay existen muy buenos resultados cuando las leyes se aplican. Sin embargo, expresó que se deben profundizar mucho más las acciones en todo el país, especialmente aquellas prácticas que salvan vidas, como son: la utilización del casco, cinturón de seguridad, no consumir alcohol a la hora de manejar, entre otras.
Lo que está diciendo el presidente de la Unasev es que la existencia de controles eficientes y rigurosos ayuda a ordenar el caos que puede llegar a ser el tránsito en algunos lugares. Efectivamente, cualquiera puede comprobar que la presencia de inspectores trabajando en las calles hace que las personas sean más proclives a utilizar los elementos de seguridad obligatorios, en tanto que cuando los controles son más débiles aumentan las irregularidades al circular. En Paysandú hemos visto que eso ocurre especialmente los fines de semana a la noche y quizás más en el verano que en el invierno, situación que quienes trabajan en este tema conocen muy bien.
El aumento de la cantidad de inspectores que se ha realizado es, sin duda, un elemento positivo pero no es menos cierto que sanciones contundentes --como se aplican en países que han solucionado este tema hace tiempo-- son tan necesarias como seguir trabajando en la concientización, en especial de las generaciones jóvenes. Y ahí, es donde los adultos de hoy tendríamos que asumir la responsabilidad y educar con el ejemplo.