Junta Departamental

Locales | 25 Oct El pasado viernes en la sala de sesiones “Gral. José Gervasio Artigas”, cuya imagen preside el recinto, se realizó una sesión especial de reflexión sobre el Éxodo del Pueblo Oriental. En la misma, un edil de cada bancada política, se refirió al hecho ocurrido hace doscientos años y al proceso revolucionario en el que estuvo inserto.
Sentimiento del
ser oriental
Mauricio de Benedetti, edil del Partido Colorado, expresó: “marcó una conciencia muy grande el seguimiento de un líder, aunque Artigas trató de evitar que lo siguieran”. Dijo que no se referiría a la parte histórica, “sino al sacrificio que era el traslado de las familias, incluso en carretas, cuando no existían rutas ni puentes”. También enfatizó su convencimiento de que “ahí arrancó un sentimiento de orientalidad, que en quince años nos llevaría a ser independientes. Algo que sin esta movida de la gente quizá no se hubiera logrado y hoy seríamos una provincia más de algún otro país”.
Proceso complejo
Nelly De Agostini, del Frente Amplio, recordó que este 2011 fue declarado “año del bicentenario del proceso de emancipación oriental, en el marco de la lucha de los pueblos americanos por su autodeterminación e independencia, reconociendo la participación central de José Artigas en la misma”. Añadió que “es un intento por aproximarnos a personas de carne y hueso que protagonizaron aquellos acontecimientos, intentando restituir nuestra identidad. Conmemorar el artiguismo significa recuperar la participación social y desterrar el mito del héroe fundador”.
Luego expresó: “éxodo, redota, procesión, emigración nombre este usado por Artigas que decía ‘Nada ha sido bastante para impedir la emigración y evitar la emigración asombrosa de vecinos y familias que me seguían’. ‘No fue el voto de un hombre sino de un pueblo’, observó agudamente Benito Monterroso, tal vez el episodio más conmovedor del proceso revolucionario”. Respecto a la gente que lo siguió dijo que “tal vez no fueron personajes heroicos pero nos muestran la diversidad social, son personas que ‘no salen de escena’, no hay colores puros ni líneas rectas en la revolución, pero generaba esperanza de libertad. Como sujetos comunes y corrientes se imaginaron que era posible romper las cadenas a que estaban sometidos y comenzaron la trabajosa y compleja construcción de una identidad colectiva”.
Simbiosis
indestructible
Patricia Vásquez Varela, del Partido Nacional, sostuvo que “en una simbiosis con su pueblo oriental que se hará indestructible, Artigas llegó a ser con el Éxodo, el ‘hombre’ de los orientales. Porque a pesar de que los paisanos llamaron a este acontecimiento ‘la redota’, es decir la derrota, fue una derrota política circunstancial pero que -vista hoy- fue un triunfo. El triunfo de un derecho nuevo y de un ideario, ‘el del gobierno inmediato’. Allí nacemos como nación, es la constitución originaria, la soberanía oriental en estado naciente como han expresado los historiadores, principalmente nuestro sanducero profesor Juan Pivel Devoto”.
Afirmó que “este pueblo oriental constituido designa en documentos y en hechos a su jefe, José Artigas. Por eso podemos afirmar que el pueblo oriental y Artigas entraron muy pronto en un proceso dinámico ejemplarizante de las grandes revoluciones”. Asimismo, reconoció que “Paysandú siempre estuvo presente en el proceso revolucionario, con la Conspiración de Casa Blanca y la ‘China’ María y también en el Éxodo. Porque a esta lenta caravana de carretas, hombres y mujeres a caballo o a pie, niños y ancianos, se sumaron sanduceros que se incorporaron entre el 11 y el 13 de noviembre cuando vadean el Río Negro, pasando luego por el pueblo de Paysandú”.
“Un pueblo desierto fue Paysandú porque todos siguieron a Artigas. Cenizas y ruinas era la Banda Oriental cuando regresa a ella su pueblo, pero era un pueblo libre y esa es la gran lección que recibimos del Éxodo”.