Martín Saldivia

Deportes | 29 Oct Martín Saldivia retornó de México, donde fue de la partida en los Juegos Panamericanos alcanzando el quinto puesto en la regata del Cuádruple Abierto de las competencias de remo. El deportista sanducero asegura que todavía sueña con esa regata, teniendo en cuenta que tras casi un mes en tierras aztecas preparándose de cara a la competencia, y viendo el potencial del bote y sus rivales, Uruguay estaba para pelear una medalla y se volvió con las manos vacías.
“Físicamente estábamos muy bien. A mí me exigía quizá la técnica y es algo fundamental porque tiene que haber mucha coordinación, pero en el entrenamiento los tiempos eran muy buenos y en la final faltó, desde mi punto de vista, un poco de actitud, de motivación. No sé si los nervios jugaron una mala pasada, o estábamos muy confiados… Pasa mucha cosa por la cabeza”, dijo el sanducero.
Saldivia asegura que “teóricamente la medalla estaba asegurada”, más allá de que este bote era un proyecto a futuro. “Yo estaba seguro de que llegábamos al podio. Entrenábamos con los venezolanos y mexicanos, compartíamos cierta información, y técnicamente éramos superiores. El técnico también veía al bote con posibilidades de medalla. Y pasó todo lo contrario”, señaló.
El representante del club del rombo blanco, que ya supo colgarse una medalla de plata en un Panamericano Juvenil desarrollado en México, con el sanducero Luis Sigot como entrenador, dijo que si bien “habría que preguntarles al técnico y a los cuatro remeros para que puedas sacar una conclusión, a mi entender faltó trabajo de equipo”.
Dos días sin hablarse
Pero la cuota negativa fue lo que sucedió tras esa regata. “No me gustó la actitud de los compañeros (Leandro Salvagno, Jonathan Esquivel y Germán Anchieri), y es algo que quedó por hablar: nos echamos la culpa, todo muy lindo, pero nadie se sentó a ver qué había pasado, cuáles eran los errores, porque de eso se aprende. Sobre todo pensando en el futuro”.
Lo cierto es que “después de un mes de entrenamiento en México”, no alcanzar la medalla “te da impotencia, porque se invirtió mucho. Que no llegue el resultado desilusiona, porque no puede ser lo que pasó”. Tan es así, que Saldivia asegura: “te juro que desde el día en el que terminó la regata, hasta hoy, no puedo dejar de pensar en eso”.
Para colmo, tras la competencia “empezamos a insultarnos todos, acusándonos y echándonos la culpa, y eso molesta. Y después estuvimos dos días sin hablarnos. Mientras, yo pienso en la regata; le doy importancia porque hace años que intentaba volver a la selección en base a sacrificio, porque los demás están becados y yo no. Mi trabajo es el que me ayuda a remar y a pagarme los pasajes para entrenar en Carmelo con la selección. Mi trabajo es mi beca”. El remero, que espera otra oportunidad en la selección, no tiene novedades con respecto al futuro del bote que, de acuerdo a lo informado en su momento, se comenzaría a preparar en estos Juegos de cara al futuro y, sobre todo, pensando en los próximos Odesur.
“Acá, sobre los proyectos, nunca se sabe; desde aquí y hasta los Odesur pueden pasar mil cosas. Que me tengan en cuenta me motiva, pero sin apoyo a mi me cuesta mucho. Me decía Ucha (el presidente de la Federación Uruguay) por qué no me voy a otro club más competitivo para que me exijan más, pero ¿para qué me voy a ir a otro club si acá estoy bien y llegué a la selección estando acá? Soy de acá y entreno acá. Me cuesta más porque tengo que trabajar para poder solventar los gastos, y gracias a mi trabajo pude estar en la selección de nuevo”, aseguró.