Paysandú, Jueves 10 de Noviembre de 2011
Rurales | 04 Nov El grupo “Agua y Leche” de la zona de Libertad, departamento de San José, ha demostrado claramente que la producción de leche en base a pasturas como alimento fundamental, es posible, convirtiéndose en la forma menos costosa de producir, pero con una alta rentabilidad para los predios.
“Es más, los integrantes del grupo hoy le brindan más importancia al pasto que a la vaca”, graficó a EL TELEGRAFO, la ingeniera agrónoma Elena Patrón, asesora del grupo y que junto a integrantes del mismo estuvieron días atrás en nuestro departamento para participar de una jornada de campo promovida por la Cooperativa Agraria Nacional (Copagran), filial Paysandú.
La profesional sustuvo que “el corazón del sistema es el suelo; si se deteriora, cada vez será más caro producir. Comienza a faltar materia orgánica, se deteriora la fertilidad del suelo y baja la productividad de las pasturas”.
Patrón, que en las instalaciones del Golf Club Paysandú se explayó sobre este tema, comentó que para que la lechería no degrade el suelo, es fundamental que haya agua en la parcela. “La clave en un sistema pastoril es el manejo de la materia orgánica”, subrayó.
“Si las vacas toman agua en otro lugar, depositan las deyecciones donde toman el agua y la materia orgánica se va diariamente de la parcela. Pero además de producir el pasto, éste debe ser consumido por la vaca y ésta lo tiene que tranformar en leche”. La profesional indicó que “si logramos una producción de Materia Seca (MS) de 12.000 kilos por hectárea, la utilizamos en un 80% y permitimos una buena ecuación en la conversión de pasto a leche, producimos 10.000 litros de leche por hectárea. Con estos volúmenes, logrados en base a pasto –la forma menos costosa de producir--, los ingresos netos superan los 1.000 dólares por hectárea”, sostiene.
De todas maneras, Patrón aclara que para producir 12 toneladas de materia seca por hectárea hay que tener en cuenta varios factores. “Usar especies y cultivares capaces de lograr esos volúmenes, brindarles los nutrientes que precisa –una adecuada fertilización--, hacer manejos del pastoreo ajustados, y mantener de buena forma el estado de las pasturas mediante el control de malezas, de insectos y de posibles enfermedades”.
En cuanto a los materiales genéticos que se utilizan en la siembra, hay una preferencia por las gramíneas por ser las más productivas, y dentro de estas por las pasturas perennes, de manera de disminuir las necesidades de inversión al siguiente año. “Si se siembra una festuca, al año siguiente no se debe invertir en semilla, sólo hay que refertilizar”, comentó la citada profesional.
Elena Patrón indicó que la fertilización se realiza en base a la producción de pastura que se pretende obtener. “Para la producción de una tonelada de forraje de festuca se precisan 4 kilos de fósforo. Por lo tanto, para 12 toneladas se deben agregar 48 kilos. Entonces hay que utilizar 533 kilos de superfosfato si estoy refertilizando, y adicionamos 150 kilos extra cuando se siembra”. “Pero el fósforo es uno de los nutrientes y debe haber un balance nutricional global de manera de hacer eficiente el sistema”.
Utilización
La especialista maneja como objetivo la utilización de al menos 80% del forraje producido. Para eso, primero que nada se debe tener la carga animal adecuada. Para producir 4.500 litros de leche en una lactancia, la vaca consume 4.500 kilos de materia seca –si se logra el siguiente objetivo, que es que cada kilo de materia seca produzca un litro de leche--. Si la producción es de más de 12.000 kilos de materia seca y se tiene como objetivo utilizar el 80%, se precisan algo más de 2 vacas por hectárea que consuman los 9.600 kilos que –como mínimo--, deben ser utilizados por los animales”.
Sin estrés
Un factor importante para la especialista que orienta y asesora a este grupo de tamberos del sur del país, es “cero estrés en las vacas”.
Se debe tener en cuenta la sombra que precisan los animales, fundamentalmente para los días de calor del verano. Al diseñar el predio, se establece donde estarán ubicados los árboles que darán sombra al rodeo”.
En el grupo apuestan a la producción de sólidos por año. Uno de sus integrantes, el ejercicio pasado produjo 817 kilos de sólidos por hectárea y para el próximo se prevén más de 1.000 kilos.
Producción
En 40 hectáreas --superficie media de los predios del grupo “Agua y Leche”--, con este sistema se pueden producir 400.000 litros de leche año a año. Al precio actual de la leche son unos $ 2.500.000. En promedio $ 200.000 por mes. Con costos del orden de 50-60%, es un ingreso neto próximo a $ 100.000 por mes, cerca de U$S 5.000. Suficiente para vivir del tambo, el productor y su familia. “Y en sólo 40 hectáreas”, aclara Patrón.
Potasio
El agregado de potasio a las pasturas, genera un cúmulo de beneficios. “Es fundamental para la fotosíntesis y la síntesis de proteína, activa más de 80 enzimas que participan en el crecimiento de las plantas”.
“Cuando hay deficiencias de potasio, disminuye el transporte de fosfatos, nitratos, calcio y magnesio. Este nutriente aumenta la resistencia a la sequía, ya que aumenta la absorción de agua por parte de las raíces; además, cierra los estomas, con lo que impide que salga más agua de la planta. El potasio mejora el crecimiento de las raíces y previene enfermedades”, dijo.
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