Paysandú, Viernes 11 de Noviembre de 2011

OPINIONES

SOLICITADAS

Locales | 09 Nov Remodelación del
centro sanducero
La remodelación de avenida 18 de Julio, obra semipeatonal que representa uno de los proyectos de la administración Bentos aprobado por el Fondo de Desarrollo del Interior, comprende cambios estructurales en la misma, desde Montecaseros a Treinta y Tres Orientales, y de calle 19 de Abril entre 18 de Julio y Leandro Gómez.
El monto de la obra es de 36 millones de pesos uruguayos que se financian totalmente con recursos que corresponden a esta Intendencia y que podría haberlos asignado a cualquier otra obra.
El proyecto realizará una etapa inicial que corresponde a la primera cuadra de la peatonal (entre Montecaseros y Zorrilla) que se habrá de interrumpir antes de las fiestas tradicionales, con el objetivo de no entorpecer las ventas navideñas, retomando la labor en el año próximo luego de la licencia de la construcción.
La zona de la peatonal de calle 19 de abril será, seguramente, la última en concretarse debido al tiempo que insumirán los trabajos de mejora estructural del Teatro Florencio Sánchez, desencadenados por el abuso que hizo la administración Pintos de sus instalaciones, sin atender en cinco años aquellos problemas que se encargó de mostrar a la ciudadanía cuando asumió y que no adoptó ninguna medida para tratar de acondicionarlo durante su período de gobierno, y que la actual administración asumió la responsabilidad debida.
Recientemente se realizó la apertura de pliegos de la licitación pública a la que se presentaron tres empresas oferentes, que representa el comienzo de esta obra tan esperada por los sanduceros, que comenzará a concretarse luego que se realicen los estudios de los técnicos y la intervención del Tribunal de Cuentas de la República.
Lamentablemente siempre hay una oposición política destructiva, en este caso a través de ediles del Frente Amplio, que en lugar de acompañar las obras que benefician a la ciudad, dotándolas de un toque de modernidad y funcionalidad, intentan esgrimir argumentos totalmente aviesos para quitarle relevancia a la gestión, con un criterio a todas luces irresponsable, que se sintetiza de la siguiente manera: “no cumplí con mi obligación y tampoco permito que otro lo haga”.
Y me refiero a lo que se han cansado de divulgar, en cuanto medio hayan encontrado a su alcance, de que los procedimientos realizados para lograr esta obra, violan el artículo 181 de la ordenanza municipal del Plan Urbanístico que dice: “En la formulación, tramitación, gestión y ejecución del Planeamiento Urbanístico y Territorial, la Intendencia Departamental asegurará la participación de los interesados y en particular, los derechos de iniciativa e información por parte de los involucrados en el Plan”.
Para conocimiento de los ediles del Frente Amplio y de todo aquel al que le interese, me responsabilizo en afirmar que la IDP realizó numerosas consultas con vecinos de la zona, con integrantes del Centro Comercial, con representantes del gremio de los taxímetros y algunos integrantes de la Sociedad de Arquitectos, informando sobre el proyecto y escuchando las consideraciones de los involucrados.
Y en esas reuniones abiertas, si la oposición se hubiera preocupado y ocupado de participar en ellas, utilizando el derecho a información consagrado en el artículo 181 citado, hubiera tenido la oportunidad que –tardíamente- reclama, pretendiendo asumir un protagonismo demagógico.
Edila Patricia Vásquez Varela

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¿Buenos vecinos?
El pasado 15 de marzo es un día que quisiera olvidar. Llegué del trabajo cansada y a poco, Camilo, nuestro “hijo adoptivo” de dos años, salió por un momento a la vereda, tiempo suficiente para que, como por arte de magia, desapareciera.
Mi familia está compuesta por seis personas. Como locos salimos todos a buscarlo en la manzana, desesperados; tan chiquito e indefenso pensamos lo peor: lo robaron. Recorrimos toda la zona preguntando a cuantos nos cruzábamos. Hablamos con todos los vecinos pero no hubo caso. Era un misterio, nadie vio nada.
No podíamos resignarnos. Hicimos varias copias con su foto, ofreciendo recompensa a quien pudiera aportar datos. Colocamos otras en columnas de alumbrado, oficinas públicas, carteleras de supermercados y Terminal de Ómnibus. Dimos copias a los amigos con miles de recomendaciones y además pusimos en Internet. Pasó el tiempo y nada. Un hijo es un hijo y no era fácil olvidarlo. Todos los días seguíamos insistiendo hasta el cansancio por si alguien lo hubiera visto. Cuatro meses y días en que pasé varias noches sin dormir, pensando cómo estaría y rogando a Dios que apareciera... incluso, cada vez que alguien me daba algún dato de alguno parecido, siempre iba a ver si era él.
El martes 26 de julio, Dios -que escribe derecho en líneas torcidas- guió los pasos de mi hijo al Barrio Jardín y allí vio a una señora conocida paseando con Camilo. Me llamó enseguida y fuimos con mi esposo. A pesar de que estaba desconocido pues le habían pelado de la nariz al rabo, lo reconocimos enseguida y él a nosotros que al vernos, enloqueció de alegría.
¡Ah!, me había olvidado de decirles que Camilo es nuestra querida mascota, un Yorkshire de dos kilos como el de la diva Susana Giménez, que esta señora tuvo secuestrado todo ese tiempo sabiendo que lo buscábamos, pues es nuestra vecina cuyo fondo está a 50 metros del nuestro y son personas de buena posición, educados y bien conceptuados en el barrio. Como no querían devolverlo, con mucho pesar tuvimos que hacer la denuncia a la policía y el esposo -nuestro vecino- optó por devolverlo.
Ahora nuestro “hijo adoptivo” volvió a su casa, a su familia, a su cucha, a su plato, al cariño que le brindamos todos. Mientras lo veo dormir tranquilo y tan feo ahora todo pelado, recuerdo cuando era niña y mi madre me decía: “hija no olvides, el vecino es el familiar más cercano que tenemos”. ¿Será realmente así? De lo que no puedo olvidarme es de agradecer infinitamente a las decenas de personas que me ayudaron tan desinteresadamente todo este tiempo. Gina

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Soy una abuela muy preocupada, que se siente impotente ante el maltrato de “algunos” pediatras y enfermeras de primeros auxilios de Comepa, ya que concurrí con una de de mis nietitas de 15 meses con infección urinaria.
Después que la apretaron y la hicieron gritar para colocarle una sonda en la vejiga y no pudieron, la mandaron a la casa para que la madre le pusiera una bolsita colectora y juntara la orina para los análisis. A los 20 días concurro nuevamente a Emergencia con mi otra nietita de 13 meses, con diarrea con sangre.
Después de hacerla gritar y someterla a la fuerza para colocarle una sonda para extraerle materia, como no pudieron hacerlo, la mandaron a la casa con la indicación que la mamá le diera vuelta el pañal y extrajera la materia necesaria para el análisis.
Según la Dra. Risso, excelente pediatra, todo lo que le hicieron fue innecesario. Me pregunto: ¿no hay quién controle semejantes aberraciones sin necesidad contra las criaturas? Espero se tomen medidas al respecto.
CI 3.500.382-9


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