Carlos Buzzo

Deportes | 08 Nov “La paleta no se cuelga más, pero hasta acá llegamos. Es lindo retirarse así, fue una cosa muy linda de vivir”. Carlos Buzzo, el sanducero que alcanzó la medalla de plata en los Juegos Panamericanos junto a su compañero Enzo Cazzola en la modalidad de paleta con pelota de goma en trinquete, confirmó que después de muchos años dejará de vestir la camiseta celeste y ya no representará a Uruguay en las próximas competencias internacionales. El sanducero, nacido deportivamente en Centro Pelotaris, representó a nuestro país desde 1988, consiguiendo medallas en competencias de todo el mundo. Y se retiró con una sana costumbre: subiendo al podio por última vez.
“En realidad era la expectativa con la que viajamos. La selección de pelota tenía como objetivo traer de los Panamericanos esas tres medallas de plata, y aparecía como posibilidad el bronce en frontón con pelota de goma, pero no se pudo concretar”, señaló tras su vuelta a Uruguay.
La pelota le dio a nuestro país tres de las cinco medallas que logró en los Juegos Panamericanos, y Buzzo consiguió una de ellas, escapándose la posibilidad de lograr el oro al caer frente a Argentina.
Pero el camino, más allá de los resultados, fue duro. “Jugamos bien”, dijo el sanducero, reconociendo que el choque ante México fue clave y complicado. “Acusamos cansancio en ese partido. Ellos plantearon mejor el segundo set, íbamos perdiendo 13 a 11, empatamos y justo en ese tanto Enzo sufrió un desgarro en el bíceps derecho. Pero se nos dio, estaba para eso”, comentó.
Los dos partidos que perdió la dupla en los Juegos fue ante Argentina, y Buzzo reconoció que “no tuvimos la respuesta adecuada”. En el primer partido se perdió claramente, y en la final, con Cazzola lesionado, no se respondió como se pretendía. “Tal vez nos faltó algo más de preparación, y se sumó esa situación en la final. La idea era darles un poco más de lucha, pero no se pudo”, se lamentó.
Más allá de que espera que esta nueva buena participación de la pelota a nivel internacional permita el desarrollo del deporte en Uruguay, y de sentir el sabor del deber cumplido, Buzzo sabe que ya no vestirá la camiseta celeste.
“De la selección me despedí con esto. Desde 1988 que estoy con la selección. Y se me vinieron un montón de cosas a la cabeza, sobre todo durante la premiación”, dice.
El sanducero asegura: “más no puedo pedir. Soy un agradecido a las oportunidades que he tenido, y cada vez que representé a Uruguay ha sido un orgullo inmenso”.
Con el retiro consumado, “se me vienen muchas cosas a la cabeza”, dice. “Pienso en muchas personas que han sido claves a lo largo de estos años. Desde mi primer profesor, Miguel Costa, que nos juntó con mi primer compañero que fue Ignacio Gil, con el que hicimos las primeras competencias, las primeras cosas importantes, y con quien tenemos una gran amistad. Pienso en toda la gente de Pelotaris, que me vio crecer y fueron fundamentales en mi formación. En los diferentes compañeros de selección, especialmente en Gustavo Hernández y Enzo Cazzola, en los técnicos. Y en mi familia, en especial en mi mujer, Romina, que se bancó dos semanas sin mí estando embarazada a término”, confesó.
Buzzo, uno de los pelotaris más laureados del país, dejó la selección. Se alejó a lo grande. Pero no se retira. Porque, según dijo, la paleta no se cuelga.