Paysandú, Miércoles 16 de Noviembre de 2011
Opinion | 10 Nov A mediados de año el gobierno había considerado que la apuesta a que se abra el mercado de cítricos en los Estados Unidos para 2012 apuntaba a ser la única “solución” para la situación del sector en el corto plazo en nuestro país. Aunque esta posibilidad --que se maneja en el Poder Ejecutivo y el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP)--, seguramente significa un respiro para la industria en cuestión, no representa una salida definitiva, puesto que como cualquier otra el gran desafío es sobrevivir a los altos costos internos del país, entre una serie de elementos que se conjugan para erosionar la competitividad.
Igualmente, es positivo el anuncio formulado hace pocas horas por el titular del MGAP, Tabaré Aguerre, en el sentido de que antes de fin de año se estaría publicando la norma sanitaria en los medios de prensa norteamericanos, por lo que después habría que esperar sesenta días para que los ciudadanos estadounidenses puedan tener la posibilidad de interponer algún reparo a la habilitación.
El secretario de Estado, según da cuenta La República, explicó en el marco de los 400 años de la Ganadería en Uruguay los resultados de la gira que realizó a principios de mes por Estados Unidos, de la que “volvemos con esta buena noticia. Esto es muy importante, porque acceder a un mercado de ese volumen implica acceder a mejores precios y a la posibilidad de producir más volumen”, a la vez de evaluar que “Uruguay tiene una capacidad de producción de alimentos muchas veces superior a las necesidades de su población y uno de los principales roles de un gobierno es generar condiciones para que en su país se transforme en oportunidades de trabajo, que en definitiva es lo que más importa”.
Reconoció Aguerre que entre los problemas del sector citrícola figura el hecho de que es uno de los pocos rubros agropecuarios que no ha aumentado de valor en los últimos años y es muy dependiente de la exportación. Tiene como mercado más importante el europeo, por lo que “acceder al mercado norteamericano sería estratégico”.
Debe tenerse presente el contexto de que la delicada situación que atraviesa el sector citrícola afecta no solo al sector empresarial sino también a unas 13.000 familias que dependen de su actividad en los departamentos de Salto y Paysandú, que son las áreas en las que están asentados los grandes emprendimientos productivos de nuestro país.
Los mercados internacionales de la fruta uruguaya son fundamentalmente Europa y Asia en menor medida, para fruta fresca en su enorme mayoría y un porcentaje muy menor de jugos en contenedores refrigerados que se embarcan hacia aquellos destinos.
La colocación de la producción nacional se ha manifestado pesada y hasta dificultosa por no tener precios internacionales competitivos y ello ha dejado a la fruta uruguaya con una presencia venida a menos respecto a otras épocas, en tanto últimamente tampoco ayuda el marco de incertidumbre de los mercados internacionales como consecuencia de la crisis de la Eurozona.
Pese a los altibajos de las últimas semanas, una moneda uruguaya valorizada incide sustancialmente en la ecuación, sumado al aumento de costos por el combustible, la energía eléctrica, los insumos sanitarios, los salarios, además del aumento de los fletes internacionales y aranceles más altos para ingresar a algunos países.
Los cítricos no escapan por lo tanto a la regla de que es cada vez más caro para nuestros empresarios producir –los salarios han aumentado en dólares, al igual que otros insumos— lo que significa menos pesos por dólar que ingresa por la misma producción, y este es un factor muy negativo para la rentabilidad del sector.
En el caso del mercado estadounidense, nuestros cítricos continúan impedidos de ser exportados hacia ese mercado, pese a que desde hace más de veinte años se está negociando con la nación norteamericana este ingreso, que pese a que lo disfraza de un tema sanitario, aplica medidas proteccionistas como consecuencia de las presiones de los citricultores de ese país.
El optimismo del ministro Aguerre por los avances en las gestiones, y la perspectiva de que a mediados de 2012 nuestros cítricos puedan ingresar a los Estados Unidos, es de recibo, y es de esperar que este sentimiento sea confirmado por los hechos y no nos encontremos ante una nueva frustración, como ocurriera en esta última zafra, en la que hubo productores a los que les resultó más barato dejar sin arrancar la mitad de la producción de mandarina, porque no les valía la pena tomarse ese trabajo solo para perder plata.
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