Paysandú, Miércoles 16 de Noviembre de 2011
Rurales | 13 Nov En los últimos años, las investigaciones que realiza desde 1990 en nuestro país Daniel Fernández Abella han dado mejores resultados al utilizar el técnico del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) una mezcla que permite una mejor dilatación en la inseminación vía cervical con semen congelado en ovinos.
El profesional dijo a EL TELEGRAFO que “trabajamos desde el año 90 en tratar de ver cómo poder inseminar vía cervical con semen congelado, teniendo buenos resultados”. Acotó que en los últimos años “hemos logrado resultados interesantes con una mezcla que nos permite dilatar un poquito –no mucho porque si se dilata mucho el cuello perdemos fertilidad-- y estamos en un 40% en tasa de preñez en varios ensayos, por lo que es bastante repetible”, dijo.
Según el técnico, “antes estábamos con 30 o 35 por ciento con otro dilatador; hicimos un agregado y mejoró un poco. Ya con un 40% es bastante bueno para con algunos precios de semen, pero la idea es superar un 50% para que sea utilizable por la mayoría de los productores, que hasta estos días usan semen congelado con el método clásico cervical y difícilmente se supere el 20%”.
En oportunidad de realizarse la actividad en el Centro de Investigación y Experimentación que el SUL posee en Cerro Colorado, Florida, indicó que “lo hemos duplicado y si podemos llegar a más mejor, pero con esto estamos evitando el uso de laparoscopía que es mucho más cara”. Indicó que en las razas carniceras “es mucho más permeable el servicio y mucho más fácil de lograr la preñez. La más complicada es la raza Merino Australiano, que es junto a la Corriedale con las que hemos trabajado. Si con Merino hacemos el gol, con las demás estamos seguros que lo hacemos”, subrayó, ya que es la raza que “tiene el cuello uterino más complicado, más largo, con más anillo y más asimétricos que las razas carniceras donde es más fácil hacerlo”. Subrayó que “pretendemos hacerlo con las razas laneras nuestras y en especial Merino, que es la que más se insemina para tener mayor impacto”. Agregó que en toda inseminación con semen congelado debe haber sincronización. “Se adelanta un poco el momento de la inseminación con respecto a la inseminación clásica, porque el semen tiene un transporte más lento”.
Para obtener mejores resultados, manifestó que “el adelantamiento se realiza en horas. Cuando se sincroniza al animal, se retira el dispositivo vaginal –que puede ser una esponja o un sider--, siendo tradicionalmente la inseminación a las 50 horas. En el caso del semen congelado se debe hacer a la hora 42 y con semen refrigerado a la hora 46 para tener mejores resultados.
Encarnerada
También se trabaja con la fecha de encarnerada de otoño. Precisó que en la zona centro del país se entabló una discusión entre los productores respecto a si es mejor la encarnerada de marzo-abril que la de abril-mayo.
“Tenemos varias hipótesis antes de arrancar el trabajo –para mí es abril-mayo-- pero, por la supervivencia de los corderos, en el sur del país es más frío y si paren las ovejas muy temprano se mueren”. De todas maneras, “sabemos por trabajos realizados en el norte del país que la oveja tiene mayor tasa ovulatoria en marzo --más mellizos-- y en esta zona –centro-sur del país-- dio un 35% aproximadamente de mellizos en la encarnerada de marzo-abril y cerca del 20% en abril-mayo, pero las muertes neonatales fueron muy diferentes, por lo que se quedarían con la misma cantidad de corderos”.
Al referirse a la recría de verano, Fernández Abella indicó que el cordero que llega muy chico de una parición tardía al verano –y en el norte más-- le cuesta progresar, queda apunado y no crece”.
“Esto significa que estamos investigando y observando cuál de las dos encarneradas es la más conveniente”, acotó. “Sería ver qué es más conveniente, primavera contra otoño, qué ventajas y desventajas tiene cada una para ver si una es mejor que la otra o hay que solucionar los problemas que tienen ambas encarneradas”.
Comportamiento materno
Fernández Abella refirió además al trabajo que se viene llevando a cabo sobre el comportamiento materno. “En Nueva Zelanda a la majada se la cierra porque se entiende que el humano en su recorrida genera una dispersión muy grande de las ovejas y eso es peor”. En el norte del país se generaron discusiones con los productores, recuerda el profesional, “sobre si valía la pena o no, recorrer el potrero. A través de unos trabajos vimos que es muy importante la vigilancia, no solo reduce la muerte de corderos, sino también de ovejas, debido a algún atraque”.
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