Paysandú, Miércoles 16 de Noviembre de 2011
Rurales | 15 Nov (Publicado por “Negocios Ganaderos”) La novel Unión de Exportadores de Ganado en Pie se estrenó con un éxito rotundo. Bastó que se formara y que saliera a la prensa a denunciar el virtual cierre de la exportación de ganado en pie, para que se habilitaran tres permisos por unos 20.000 animales en total. La puerta estuvo cerrada por más de tres meses.
Desde el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), se aduce que la posibilidad de exportar en pie seguía abierta y se esgrime la insólita excusa de que los funcionarios no tienen tiempo para firmar los certificados de exportación.
Lo que reclama la nueva gremial, conformada por el momento por 13 empresas exportadoras, son reglas claras. Cada negocio es mucho dinero que queda a la espera de la discrecionalidad de las autoridades ministeriales. En estos momentos hay más de 20 permisos que aguardan la eventualidad de ser habilitados algún día. “No se puede trabajar sin saber si la exportación la vas a poder hacer en un mes, en seis meses o nunca”, comentó a Negocios Ganaderos Alejandro Dutra, presidente de la Unión de Exportadores de Ganado en Pie. Hay varias puntas para analizar este tema. Un aspecto es el plano temporal. A largo plazo, está más que comprobado que la liberación de la exportación de ganado en pie es extremadamente beneficiosa para el complejo cárnico, no sólo para la fase primaria, sino también para la industrial. Desde que se abrió esta puerta, a mediados de la década de 1990, la faena creció.
En el corto plazo el tema es más vidrioso.
El problema es Turquía, que mantiene aranceles altísimos para la importación de carne y bajó los del ganado vivo. De esta manera, las autoridades turcas promueven una competencia desleal a favor de su propia industria frigorífica y en contra de los frigoríficos de los países exportadores. ¿Está bien que Uruguay permita que una decisión del gobierno turco le pegue en la línea de flotación al sector que más divisas le genera al país? Parece claro que no.
Europa
El problema no es sólo uruguayo. En Europa los procesadores de carne ven con gran preocupación las dificultades que les plantea Turquía. El año pasado este país tenía también bajos los aranceles para la carne con hueso, pero ahora los subió y mantuvo bajos sólo los del ganado en pie. El precio de las categorías de reposición en países exportadores como Francia se disparó, complicando las cuentas de los feedlots y de los frigoríficos. Mirando el largo plazo, es esencial que la exportación en pie siga habilitada. En el corto plazo, el problema es Turquía. Parece claro que no se puede dejar que livianamente los turcos se lleven para faenar en su país todo el ganado que quieran, en la medida que no permiten que la competencia sea justa. La solución debe pasar --como de hecho está aconteciendo-- por un camino intermedio.
Allí es donde resurge el problema de las reglas claras. Por el momento, el MGAP da los permisos con total discrecionalidad, dificultando la operativa de los exportadores. “A mediados de diciembre, luego de que salgan estos tres barcos, vamos a estar igual que antes”, dijo Dutra, quien dijo no tener idea de cuándo serán otorgados los siguientes permisos.
Una posibilidad sería establecer un límite máximo de animales exportados a Turquía cada determinado período de tiempo.
La exportación seguiría abierta, no se aceptaría livianamente la competencia desleal promovida por Turquía, los exportadores tendrían reglas claras y, de paso, el MGAP no tendría que dar excusas tontas al momento de demorar los permisos.
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