Opinion | 11 Nov Los gobiernos departamentales reunidos en Guaviyú, vinculados por la región termal, pero históricamente vinculados por razones geográficas que a su vez establecieron fuertes lazos sociales, comerciales e históricos, no tienen problemas a la hora de señalar su intención de transitar unidos por caminos que producen beneficios comunes. Tampoco a la hora de establecer cuáles son los principales inconvenientes que de un lado y otro del río existen, que precisamente ponen trabas a esas intenciones.
Esta semana se reunieron cuatro intendentes y uno electo, en el marco del segundo encuentro Destino Termas, una denominación regional del Ministerio de Turismo, que en su última formulación de estrategia turística ha dividido en regiones al país, de acuerdo a la oferta de cada zona.
Pero en el caso de Paysandú y Salto, esto ha encendido otras intenciones; las de profundizar un trabajo regional también en otros aspectos, que van desde el mutuo apoyo en tareas de vialidad rural hasta favorecer emprendimientos productivos que beneficien a ambos departamentos. Resulta una excelente oportunidad, sin dudas, aprovechar el trabajo conjunto en la promoción y explotación turística, para que eso también pueda aplicarse a otras áreas.
Incluso se ha ido más lejos, pensando en invitar a participar de estas tareas de integración regional a los municipios del lado entrerriano directamente vinculados con uno u otro departamento
A la primera convocatoria respondieron los municipios del otro lado del río de Colón y San José. Y seguramente también lo harán más adelante los de Concepción del Uruguay, Villa Elisa y Concordia.
No obstante, a la hora de considerar las reales posibilidades de trabajo conjunto entre municipios a cada lado del Uruguay, en explotación turística por ejemplo, surge claramente que hay trabas que ellos no tienen poder para levantar y que, pese a que hace años se las ha identificado y regionalmente se lucha contra ellas, no hay señales desde los gobiernos centrales de cambiar las normas en beneficio de la región.
El tránsito por los puentes internacionales, especialmente de personas, sigue siendo el principal problema. Esto no es de solución de la región sino que ésta depende de sus respectivos gobiernos nacionales. Pasa el tiempo y nada cambia, aunque se reiteran las buenas intenciones según cambian los gobernantes.
Hay claramente una integración en los dichos y otra muy diferente en los hechos. Las comunidades que vivimos cerca nos hemos ya integrado hace tiempo, pero no podemos despegar si no contamos con las herramientas necesarias. No obstante, lo único que no se puede hacer es seguir esperando sin hacer nada. Encuentros como el de Guaviyú son un camino. Por él y otros similares hay que continuar.