Locales | 21 Nov Puntualmente a las 9 de la mañana arribó al hostal donde se hospeda la delegación uruguaya en el festival Sudaka 4, una camioneta combi que los iba a trasladar a varios sitios de interés turístico, el primero de ellos el lugar conocido como Mitad del Mundo, a 20 kilómetros al norte de Quito. Fueron de la partida Luis Oroná, Amanda Gómez, Augusto Colombo, Zully García, Martha Oroná, Bettina Sánchez, Dulcinea Rodríguez y el escriba.
Charla amable y mate compartido hasta llegar al lugar, una pequeña ciudad llamada San Antonio de Pichincha que recibe al visitante con el parque donde se encuentra, en las estribaciones polvorientas de los Andes Equinocciales, el famoso monumento de la mitad del mundo marca la línea ecuatorial: el centro de nuestro planeta Tierra.
Para ingresar hay que pagar dos dólares los adultos, y un dólar niños y ancianos. Dentro del parque hay una serie de edificios, museos, restaurantes y puestos de venta de diversas artesanías. Pero lo que atrapa es ese enorme monumento y la línea ecuatorial marcada en el suelo. En la latitud 0-0’-0”, sobre la línea ecuatorial, se encuentra una gran pirámide cuadrangular, el Monumento Equinoccial. Colocado con sus cuatro monolitos en 1979, el monolito central está decorado con un globo rodeado por una cinta de plata que representa al Ecuador. El globo, de 4.5 metros de diámetro y 5 toneladas de peso, está orientado de acuerdo a la verdadera posición de la Tierra. Tiene treinta metros de alto y marca el Ecuador. La línea amarilla divide ambos hemisferios. Los residentes dicen que si uno coloca un pie en cada hemisferio pesa menos. Se llega a la parte superior del monumento por un ascensor y la vista es simplemente impresionante.
Luego, se desciende por una escalera para ingresar al Museo Etnográfico, que muestra elementos de la cultura indígena de Ecuador, como vestimenta, descripciones de los diversos grupos étnicos, y muestras de sus actividades. Mitad del Mundo contiene otras atracciones como un Planetario, y otros museos. Una pequeña ciudad que rodea el monumento en torno al Museo Etnográfico actúa como centro turístico, ofreciendo una réplica de una ciudad colonial española llamada “Ciudad Mitad del Mundo”. Un sitio atrapante, en el medio de los Andes, la posibilidad de estar tanto en uno como en otro hemisferio a la vez. Un paseo que representa una fiesta para los ojos y los sentidos. Y que cuando se está en Ecuador, no puede dejarse de lado. Eso pensaron los integrantes de la delegación, y por eso llegaron hasta aquí. Aunque, a decir verdad, el verdadero Ecuador no está allí sino a 240 metros al sur, que no fue ubicado hasta época reciente mediante la aparición de la tecnología GPS. Pero, más allá de eso, es un lugar de singular y bello paisaje. Donde se sueña a estar en un hemisferio y al siguiente segundo en el otro. La vida, ya se sabe, es sueño.