Opinion | 16 Nov Parte hoy en gira internacional, representando a Paysandú y a Uruguay, el Taller de Teatro de Paysandú, que se presentará como invitado en dos festivales internacionales, uno en Quito y otro en Cali. También se presentará en la ciudad colombiana Pasto, y probablemente de regreso tenga tiempo para participar del festival de teatro callejero de Quito.
Otros grupos, como Imaginateatro y Teatro Itinerante Colectivo, han sido invitados y han participado de festivales internacionales que se han desarrollado en Uruguay. Esto significa que sin lugar a dudas el teatro sanducero tiene un muy buen nivel, que hace que sea invitado a participar de instancias internacionales, donde se presentan grupos de varias partes del mundo.
El Taller de Teatro, por caso, es el elenco sanducero que más ha sido distinguido. Ha viajado a Moscú y a Santiago de Chile, realizó una gira internacional por Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia, y le fue entregado un premio Morosoli el año pasado. En una de sus presentaciones en la capital de Rusia, fue acompañado por una delegación política y empresarial del departamento, encabezada por el entonces intendente Álvaro Lamas.
Y ahora vuelve al exterior, para participar de dos festivales internacionales de teatro en Ecuador y Colombia. Sin dudas --porque las invitaciones a los festivales internacionales no se regalan--, hay un trabajo serio y responsable detrás, que permite que el teatro uruguayo, y muy especialmente el sanducero, sea tan apreciado.
Ahora bien, es cierto que hay honores internacionales, lo que falta es una temporada teatral seria y respetada puertas adentro, recordando a Florencio Sánchez. Lo que falta es una teatro de repertorio, lo que Paysandú casi no tiene es la posibilidad de ver a sus propios elencos en escena.
Y esto es lo que debe mejorarse. Bueno es disfrutar del reconocimiento internacional. Pero se hace imprescindible que el espectador sanducero tenga la posibilidad de ver su propia escena, la de sus grupos de teatro.
Hay escasos estrenos cada año y eso debilita al espectador teatral, que queda en manos de los stand up que provienen de la capital o de obras de escaso nivel, aunque si de risa fácil.
Hay que aplaudir a los elencos locales que logran destaque en festivales internacionales. Al mismo tiempo, hay que pedirles que pongan mayor énfasis en la escena local.