Deportes | 25 Nov Hay momentos inolvidables. Hoy, para Trébol Rugby es momento de festejar nada menos que 35 años de vida que lo encuentran en pleno crecimiento institucional y deportivo. Con su presidente Alejandro Fernández, conversamos acerca de lo que significaron los primeros piques de la ovalada, cuando los fundadores del club decidieron la práctica de este deporte, entre ellos quien habló para EL TELEGRAFO. “Empezó como muchas cosas, sin saber qué iba a pasar, cuál era el objetivo. Fue en el ‘76, un año antes todos recordamos que se inauguró el puente internacional Paysandú – Colón y vino uno de los muchachos que trabajaba en el mismo, José María Areco, jugador de rugby del Curupaytí de Buenos Aires, y fue quien nos dio el puntapié. Trajo pelotas de rugby e ideas. Ya había una semillita flotando ente varios compañeros, y hoy llegamos a los 35 años”, dijo.
-¿Por qué el nombre de Trébol?
- “Pienso que se debe a que comenzamos a entrenar y a conocer este deporte en la zona del Trébol de acceso a nuestra ciudad”.
- De a poco se fue agrandando la familia.
- “Sí. Lo bueno es que decirlo acá, en esta casa periodística que tanto apoyo nos ha dado y nos brinda día a día es algo muy saludable, porque EL TELEGRAFO nos ha visto crecer. Se comenzó de a poco y lo bueno es que en estos 35 años siempre hemos crecido. La curva ha sido ascendente y seguimos creciendo. Y surge, desde el momento en que nos afiliamos a la Unión de Rugby del Uruguay (URU), el hecho de tener que competir con los clubes de Montevideo, con las ventajas que se otorgan por las distancias. En estas más de tres décadas hemos sobrevivido a una realidad en la que no es fácil hacerlo”.
- Así se ampliaron horizontes, creando divisionales formativas. ¿Fue por el aumento del interés por el rugby y por la seriedad de quienes orientaron y orientan al club?
- “Sí, y creemos que es lo que hemos visto en clubes de fútbol de nuestro medio y de rugby en Argentina, que es cuando se empieza a cerrar la cadena como le llamamos. Por ejemplo, ahora en la subcomisión somos todos padres de jugadores que están actuando en distintas divisionales, desde Primera a Juveniles. Somos ex jugadores, técnicos, dirigentes que nos unimos a los que hoy van a la cancha y al formarse esa cadena es difícil que se corte”.
- Y ayuda el espacio que brinda el Paysandú Golf Club
- “Sin duda. Es algo que percibimos todos los días. Tenemos una excelente relación y es muy bueno para nosotros la forma en la que estamos insertados dentro de un club como lo es el Golf, que es a la vez nuestra casa”.
- En la parte deportiva, este cumpleaños los sorprende como el club número dos del rugby nacional amateur. ¿Cómo ven el hecho de estar nutriendo constantemente a las selecciones nacionales con jugadores formados en el club?
- “Tener esa cantidad de gente en las selecciones, además que para el jugador en cualquier deporte lo importante que es defender a su país, lo que ese deportista vuelca a su club como jugador y como persona, significa que esa retroalimentación de la selección al club es muy fuerte. Y se manifiesta en las prácticas, en el juego, y en el resultado”.
- ¿Cómo se mide esta realidad de Trébol? ¿Cuáles son los objetivos?
- “En este momento contamos con más de 200 jugadores en las diferentes categorías. La meta es estar siempre en el camino, buscando ascender, hoy y mañana. Nadie puede soslayar lo que es el mundo en que vivimos, complicado, difícil. Nosotros trabajamos con infantiles, juveniles y mayores que son jóvenes. Siempre describo al rugby como una herramienta válida para muchas cosas. Sacrificio, disciplina, este es un deporte muy vertical, manda el capitán, la sub comisión y hay que adaptarse a esto. Los chicos necesitan eso. Y el gran objetivo es ayudarlos a formarse. Con el sacrificio de romperse el alma dentro de la cancha por amor a la camiseta. Pero por sobre todo respetando a los adversarios, a los jueces, a todo el entorno. Tarde o temprano lo que te pasa en un partido de rugby, se refleja en la vida; y si supiste resolverlo en el partido, lo vas a resolver bien en la vida”.