Locales | 26 Nov * El viaje de San Juan de Pasto a Santiago de Cali, o simplemente Cali como se la conoce mejor, demandó ocho horas y media. La delegación partió poco antes de la medianoche y llegó para el desayuno a la terminal de ómnibus de Cali.
* Durante el trayecto el ómnibus se detuvo por lo menos tres veces. Se trataba de sitios peligrosos, donde operan las bandas de asaltantes del camino. La policía ha montado un operativo que consiste en reunir varios vehículos y escoltarlos luego hasta que se cruza la zona. Se trata de “caravanear” los vehículos, como se dice en Colombia, para evitar asaltos.
* En la terminal de Popayán, capital del departamento del Cauca, un viajero que ese era su destino tuvo la ingrata sorpresa de que le habían robado su “maleta” desde el compartimiento superior. Primero protestó ante la tripulación del ómnibus, luego con la policía. Hasta consiguió una linterna y revisó el ómnibus de punta a punta. Pero ni rastros. Frustrado, debió quedarse en la terminal, conversando con la policía, mientras el resto del pasaje seguía viaje a Cali. Lamentablemente no es raro en esta zona este tipo de robos. El consejo siempre es el mismo: no deje nada en los compartimientos superiores.
* No deja de ser una curiosidad que en esta región hasta se puede regatear el precio de los pasajes de ómnibus de media y larga distancia. En San Juan de Pasto, Haya Lady, la anfitriona, consiguió un descuento por grupo. El precio final fue de 250 pesos uruguayos hasta Cali. Lo mismo pasó en esta ciudad. Raúl Rodríguez y el escriba, convencieron a Arnolfo González, de la empresa Transipiales, para una rebaja en el retorno Cali-Ipiales. El precio final fue de 300 pesos uruguayos.
* En la terminal caliqueña, el grupo decidió desayunar. Ciertamente un desayuno muy diferente al uruguayo. La oferta incluía huevos revueltos, carne asada o sudada (cocida), empanadas, buñuelos salados y otros platos que más bien podrían servir para un almuerzo en Uruguay. Pero, como adonde fueres come lo que te ofrezcan, más o menos se eligió según la oferta. Más o menos, cada uno gastó unos 30 pesos para desayunar, café tinto (negro) o con leche incluido.
* El grupo se dividió en dos para el alojamiento. Rodríguez, Zully García y Dulcinea Rodríguez, además de Luis Oroná y Bettina Sánchez se fueron a la Casa Naranja, un complejo cultural con facilidades para alojamiento. Amanda Gómez, Augusto Colombo, Martha Oroná, Laura Juan y el escriba, en cambio, se alojaron en el Apart Hotel de la Universidad Salvador de Cali (USC).
* Amanda Gómez tiene cierta dificultad en una parte del texto en la que alude al hachazo con que el protagonista mató a dos ancianas en “Crimen y Castigo”. “...de un hachazo en la cabeza”, dice el texto. Gómez ha dicho “... de un machetazo en la cabeza”, “... de un machazo en la cabeza” o “... de un machazo machetazo en la cabeza”.