Locales | 23 Nov La altura, de acuerdo a los lugareños, profundiza los cuadros de hipertensión. Así han sufrido algunos inconvenientes menores Martha Oroná y el escriba, en tanto Amanda Gómez ha registrado valores mayores a los usuales. Pero, la delegación está bien atendida. Gómez trajo un aparato para medir la presión arterial profesional y con el apoyo de Augusto Colombo, -quien aprobara el curso “Aprenda a medir la presión arterial en 5 minutos”- controla frecuentemente a todos.
Activa ha andado por estos días Laura Juan, la coordinadora de Cultura (y Natasha en la obra). Ha mantenido una reunión con Raúl Sansica, el director cultural del Festival Internacional de Teatro del Mercosur, que se realiza año a año en Mendoza. Estableció las bases para un intercambio entre Paysandú y Córdoba en diferentes áreas artísticas.
También conversó con Percy Encinas, el hombre de la voz grave, del Fondo Editorial de Perú. El tema fue el mismo: intercambios culturales.
Laura Juan se reencontró también con una amiga, Ligia Mendoza, concertista de piano de reconocimiento internacional, con quien compartió un curso en Israel. El reencuentro no solo sirvió para recordar viejas anécdotas, sino que también permitió abrir una puerta para que Mendoza pueda presentarse en Paysandú.
Quizás uno de los más interesantes contactos que Juan mantuvo en sus días en Quito fue con Patricio Jijón, productor de cine y asesor de imagen, tarea en la que trabajó para varios candidatos que luego llegaron a la Presidencia de Ecuador. Habría interesantes posibilidades, en diferentes áreas, para concretar en Paysandú.
Otros contactos de Juan incluyeron la directora de teatro chilena María Laura Figueroa, el colombiano Jorge Hernán Usme, y el mexicano Alonso Mejía.
Las milanesas no son “milanesas”, al menos en los restaurantes de Quito a los que ha ido la delegación. En un restaurante ambientado en los violentos años de Jesse James, que aparece en una foto con su mortal revólver Schofield Modelo 3, sirvieron un bife como “milanesa”. Y en un restaurante argentino, una anémica milanesa apenas había pasado por el pan rallado.
Pagar con billetes de 100 dólares resulta tarea ímproba, especialmente si el monto de la compra es pequeño. Los comerciantes toman todos los recaudos y muchos tienen la máquina de luz ultravioleta. Pero así y todo, se resisten a recibir billetes de 100 dólares. Por esa razón, parte de la delegación se acercó a una sucursal del Banco de Guayaquil, en la calle Reina Victoria.
La intención era obtener billetes de menor denominación. Primero tuvieron que esperar unos 15 minutos por el “jefe operativo”, quien autorizó la operación y los derivó a un cajero. Los cuidados no son excesivos, en la medida que la falsificación de dólares es uno de los grandes peligros a los que se enfrenta la economía ecuatoriana.
Los domingos no se venden bebidas alcohólicas en almacenes, autoservicios y supermercados. Solamente en restaurantes y otros lugares de comida. Al mismo tiempo, la zona de clubes nocturnos en el entorno de la calle Calama permanecen cerrados. La movida principal se da los viernes por la noche y aunque algo menos también los sábados.
Pero, al mismo tiempo, los bailes comienzan de tarde y se extienden solamente hasta las 2 de la madrugada. Precisamente la hora en que en Paysandú se acostumbra a dirigirse hacia las salas bailables. Aquí en Quito, el sol no es impedimento para la diversión y el baile, incluso en plena calle.