Nacionales | 24 Nov Acomodo y otras yerbas
Las críticas volaban de un lado a otro. No fue fácil para el presidente de la Cámara de Senadores poner orden en la interpelación al ministro de Salud Pública, Jorge Venegas, y justo se le había roto el timbre y tenía que hacer sentir la campana. El miembro interpelante, el senador blanco Luis Alberto Heber, criticó especialmente al representante de los trabajadores en el directorio de la ASSE, Alfredo Silva. Habló de “abuso de poder”, “corrupción”, “acomodo”, “conjunción del interés público con el privado”.
Heber responsabilizó a Silva de actuar en connivencia con la empresa de limpieza Buena Estrella, que según el senador, recibió adjudicaciones directas y se benefició con licitaciones “dudosas” a la hora de que el Estado la contratara para trabajar en distintos hospitales públicos. La empresa es investigada por la Justicia, en tanto se le atribuye una sobrefacturación de dos millones y medio de pesos en el Hospital Maciel. Por su parte, Silva dijo que las acusaciones son “absolutamente falsas”. “Yo no tengo contacto ni vinculaciones con nadie, el único trabajo que tengo es el de ASSE”, acotó.
En el curso de la interpelación, el senador indicó que el Tribunal de Cuentas hizo casi 29.000 observaciones a gastos de ASSE desde 2010 a la fecha, por una suma total convertida a dólares de casi 88 millones. En 2010 el organismo de contralor formuló 16.000 observaciones por el equivalente a casi 50 millones, mientras que en lo que va del presente año hubo 12.588 observaciones por unos 38 millones de dólares. Argumentó que muchos de esos gastos observados, por tratarse de compras directas, fueron para situaciones no urgentes, como la compra de papelería, realización de convenios, contratación de psicólogos y mantenimiento de calefacción, entre otros casos.
Otro hecho polémico fue la publicidad otorgada a la empresa Perfil SRL, que Heber consideró “un gasto desmedido”. Venegas explicó que la vinculación con Perfil se dio a través de “un llamado a una asesoría comunicacional” para aplicar una campaña a nivel nacional. Heber le replicó que la comisión asesora desaconsejó en 2007 la adjudicación a Perfil porque no calificaba, pero que la entonces ministra María Julia Muñoz dispuso otorgarle la campaña por un año. “La adjudicación continuó siendo reiterada hasta fines de 2010 cuando el Tribunal de lo Contencioso Administrativo anuló por ilegal esa adjudicación”, dijo. “Pero lo extraño es que la reiteración del gasto la hizo el presidente Tabaré Vázquez y no la ministra como siempre sucede”, acotó.
Además, el senador interpelante criticó a Venegas por considerar que no respondió a sus preguntas. En las respuestas “hay omisión, ocultamiento o mentiras. El ministro es responsable”, concluyó Heber.
“De Salud Pública no sabe”
Las afirmaciones de “omisión, ocultamiento o mentiras” contra Vanegas hicieron que saliera al cruce: “No vamos a aceptar de ninguna manera, por la ética, por la moral, por la ideología, por nuestros conceptos dentro de la fuerza frenteamplista esos epítetos, menos en esta cámara”. Y lo mandó a visitar los hospitales. “De Salud Pública el senador no dijo ni una palabra, porque no sabe. No lo he visto caminando por los hospitales”, indicó. Y fue más allá: “No creo en el autoritarismo intelectual. De mi vida, algún día vamos a tener que hablar. No me la dio ninguno, me la construí. Tengo mi forma de pensar sobre los aspectos básicos éticos. Trabajo con todos. Estamos muy impresionados por la bajeza intelectual”.
“Se nos mojó la pólvora”
El senador nacionalista Luis Alberto Lacalle le pegó duro a la gestión del Ministerio de Relaciones Exteriores. “La actual Cancillería no funciona bien como estructura y el gobierno sigue una política exterior equivocada. El Ministerio de Relaciones Exteriores, la mitad de las misiones en el exterior están a cargo de personas designadas por méritos políticos, no entrenadas como profesionales diplomáticos. El gobierno se ciñe a una política exterior de coincidencia ideológica por encima de los intereses nacionales. Mala estrategia para un país pequeño, rodeado de acechanzas de vecinos que no nos quieren dejar vivir en paz, sin aliados a quienes recurrir a la hora de la dificultad”, escribió en el semanario blanco Patria Digital.
Señaló que “el episodio con Francia tiene sus bemoles. Se sabía en la reunión del G 20 que se trataría el ‘caso Uruguay’ pues estaba en el orden del día. Nos preguntamos si el embajador en París o el funcionario que debería, desde esa misión llevar nuestros asuntos, estaban alerta. Si se informó a Montevideo o realizaron gestiones”.
“Panamá, también acusado, ha demostrado agallas. Su presidente viaja a Francia para encarar el presidente galo. Así se hace, cuanto más pequeños son los países, más guapos y decididos. Aquí se nos mojó la pólvora, la solidaridad izquierdista puede más que el interés nacional, o hay compromisos que nos atan las manos. ‘Maneao y sin daga’, como en la bonita canción de Gardel, está el Uruguay. Desarmado en medio de un mundo hostil”, escribió.