La secuela del piquete

Locales | 30 Nov Una veintena de trabajadores -que aseguraron representar a un número mayor- lamentó el proceso que se dio en Costa de Oro S.A., donde integrantes del sindicato de la empresa respaldados por el sindicato de los rurales, Osdor, decidieron primero hacer un piquete en la puerta de la chacra de arándanos en Quebracho, y después optaron por ocupar la planta, con lo que se perdieron jornales de trabajo y calidad de la fruta, que no serviría para la exportación.
“Hemos formado un grupo de trabajadores para presentar nuestra inquietud, porque por pocas personas hay gente que ha perdido trabajo y se perdió la fruta. Y en Quebracho son pocos los trabajos que hay, y Costa de Oro siempre tiene, entonces queremos formar un grupo para salvar la fuente de trabajo”, sostuvieron.
“Habemos una cantidad de gente que no estamos de acuerdo con la medida que se tomó, de hacer el piquete y cortar la salida (de la fruta) para que la gente no pueda trabajar. Eso es ser egoísta, porque si se corta, ¿qué hace la demás gente?”, señalaron.
Durante los primeros días, cuando se organizó el piquete que no permitía salir el camión con la fruta para el packing y las cámaras en Azucitrus, algunos trabajadores siguieron arrancando fruta y acomodándola en el contenedor refrigerado, que tiene capacidad para unas 3.700 bandejas de dos kilos de arándanos. Según se dijo, en este período de zafra hay que cosechar la misma planta cada dos días, porque la fruta madura muy rápido.
“Al no tener donde ponerla, la empresa tuvo que cortar la cosecha”, dijo otro de los trabajadores del grupo.
“salvar el trabajo”
Sobre cómo van a organizarse, Eugenio Techera, uno de los trabajadores contratados, dijo que se están haciendo consultas con un abogado, y “por ahora nos estamos reuniendo para ver cuáles son los pasos a seguir. Pero nuestra meta es salvar el trabajo, haciendo un grupo y viendo la posibilidad de si se puede armar un gremio”. Respecto a lo que harán una vez organizados, dijo que es “tratar de ver la posibilidad que ese grupo que nos perjudicó no lo haga, y a que siga el trabajo vigente”. Entre los veinte que se reunieron en la tarde de ayer en Quebracho, había “zafrales, efectivos mensuales y contratados”, y aclararon que “la gente que sufre este problema es mucha, no es solo este grupo”. Detallaron que en el grupo hay diez contratados mensuales, otros nueve permanentes y los zafrales, que son un centenar de Quebracho y además vienen de otras localidades y hasta de Salto. Cabe señalar que el trabajo en la chacra es realizado por los arrancadores (la gran mayoría), los bandejeros y los acopiadores.
“Límite de la tolerancia”
“No queremos tener roces con nadie, pero lo que pasó alcanzó el límite de la tolerancia”, dijo otro trabajador. Mencionaron que cuando ocuparon la chacra y las instalaciones, dos familias de trabajadores no sindicalizados que estaban viviendo en el predio en casas prestadas por la empresa, también fueron desalojadas por los sindicalistas.
“Se le fue la mano a la gente del gremio”, afirmó otra voz en la reunión, agregando que “un gremio es bueno porque es mediador y se consiguen cosas. Pero no se actúa así, además sin consultar ni a los propios afiliados”. Entre los integrantes del grupo había uno afiliado al sindicato, pero dijo que “nunca me consultaron para nada, y hace tiempo que no se hacen asambleas ni elecciones, o por lo menos no avisan. Ya tengo mi nota de renuncia pronta, pero ahora no hay a quien dársela”. También preocupa a los trabajadores porque “Costa de Oro es la fuente de trabajo más grande de Quebracho, Coleque cerró y las forestales ya no tienen tantos empleados”, señaló otra. La zafra, este año, aparentaba ser de dos meses, dada la cantidad de fruta que dieron las plantas, totalizando unos 100.000 kilos de los cuales alcanzaron a cosecharse en tiempo y forma unos 60.000. “Empezamos a trabajar el 14 de setiembre, y el 16 de noviembre empezaron los problemas”, dijo una de las trabajadoras.