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Paysandú, Viernes 02 de Diciembre de 2011

El Poblado, bacano ¡bacano!

Locales | 28 Nov CALI, 27 (Por Enrique Julio Sánchez, enviado especial). El día fue de intenso trabajo para una parte del grupo y de descanso para el otro. Los involucrados en la producción “Puertas adentro”, de Florencio Sánchez, que se presentará en Quito, en el Festival Internacional de Teatro Callejero, con el que se cerrará la gira del Taller de Teatro de Paysandú, ensayaron varias horas. El resto, alojado en la Universidad Santiago de Cali (USC) tuvo día libre. Paseó un poco, volvió a la USC para un buen almuerzo que incluyó arroz, pasta, verduras, frijoles y carne asada o cocida por 45 pesos uruguayos, y por la tarde se dirigió al encuentro con el resto del grupo.
Éste se encontraba alojado en Casa Naranja, en el barrio El Poblado 1, un barrio carenciado, complejo y apartado del Cali céntrico. En taxi -en realidad dos- los cinco (Amanda Gómez, Augusto Colombo, Martha Oroná, Laura Juan y el escriba) demoraron 45 minutos en llegar, tras algunos inconvenientes, pues ninguno de los dos taxistas sabía cómo llegar a ciencia cierta al lugar.
Cuando finalmente se encontró la Carrera 29A, había un desfile de “diablitos”, en realidad de un grupo que estaba recogiendo dinero para el desfile de diablitos que tendrá lugar en época navideña. Otros minutos de espera y recién después quedó libre el camino.
Llegar a El Poblado, recorrer sus calles, conversar con su gente, ver cómo se desenvuelven, cómo viven cotidianamente, es ciertamente una experiencia removedora. Es una zona carenciada (aunque no de las más pobres de Cali), pero al mismo tiempo con un impresionante movimiento comercial, que ya quisieran para sí varias ciudades del paisito. La enorme población y, al mismo tiempo, lo lejos que quedan los principales centros comerciales de Cali -una ciudad de población incierta, que algunos cifran en 2.500.000 personas pero otros en cuatro millones- , hace que cada gran zona caleña tenga “todo lo que se necesita; no tienen necesidad de salir para comprar nada más; todo lo que quieran está aquí”, según contó Luis Oroná.
Pero, las calles tan angostas, por donde apenas pasa un vehículo, tanta gente en la calle, tantos rostros desconocidos que fácilmente pueden imaginarse siniestros, tanto bullicio, infunde temor en quienes no conocen la zona. No obstante, la experiencia del quinteto que se quedó alojado en Casa Naranja (Raúl y Dulcinea Rodríguez, Luis Oroná, Zully García y Bettina Sánchez) fue satisfactoria. “Se trata de buena gente, de niños muy educados, que siempre saludan, piden permiso, no hablan si lo hacen los mayores, es realmente muy buena gente”, dijo Raúl Rodríguez.
“No esperaba una experiencia como ésta; pero me voy muy feliz y agradecido por haberla vivido”, acotó Oroná. “Es un lugar como nunca he visitado; me encanta”, agregó Sánchez.
En la calle, el grupo hizo un ensayo general de “Puertas adentro” y rápidamente el lugar se llenó de público. Como ya fuera indicado, en la zona la costumbre es pagar con víveres la entrada. Sin esperarlo, el Taller de Teatro se vio juntando huevos y arroz. Y cuando Rodríguez preguntó por qué, le dijeron “es la costumbre, así tenemos que hacerlo”.
En El Poblado la mayoría de los residentes son pobres; pero no por eso tristes. Viven alegres, felices. Cantan, se divierten, nunca dejan de decir “mi hermano” a los hombres ni “mi reina” a las mujeres. Lo pobre no quita lo cortés. Lo pobre no quita la alegría. Lo pobre no quita la destreza en el vivir. Después de la medianoche, las calles de El Poblado se tornan peligrosas, especialmente por el consumo de alcohol, tal como rápidamente lo descubrieron los representantes sanduceros.
Pero, con el debido cuidado, parece un barrio tan bueno o tan malo como cualquier zona carenciada. Poco antes que el grupo que residía en la USC retornara a su alojamiento, llegó al lugar John Jairo Perdomo, el colombiano que ha creado con Casa Naranja un impresionante complejo cultural (que no recibe apoyo público de tipo alguno), que reúne a la comunidad, que la hace partícipe, tanto en la enseñanza como en la difusión de las artes populares.
Apenas tiempo para un apretón de manos, un abrazo y una foto. La voz clara y casi juguetona del colombiano agradeció la presencia y se despidió con un esperanzado “Nos vemos en Uruguay”.
Ojalá. Experiencias culturales como éstas deben ser conocidas y aprendidas. Y aprehendidas. Después, un grupo de niños despidió a los uruguayos. “Bacano, bacano... el Taller de Teatro, bacano, bacano... y el fotógrafo, bacano, bacano”. Ciertamente. En un lugar tan carenciado, saben hacer sentir al visitante como un bacán. Sí, ¡sí!

VIAJERITAS
* En Casa Naranja, en Cali, un niño de once años regaló a la delegación sanducera su naturalmente afiatada voz, cantando “Quién como tú” y “Hechizo”. Llegó con un paquete de leche condensada abierto, que consumía directamente en polvo; saludó con amabilidad y se sentó contento cuando le pidieron que cantara. “¿Qué canción quieren que cante?” preguntó, sorprendiendo a todos. En realidad no cantó, y eso fue lo más sorprendente. Encantó. Interpretó con sentimiento letras de adultos. El escriba, además de tomarle fotos, se acercó y lo felicitó. “Cuando sea famoso, esa foto la va a poder vender por 50.000 o más (500 pesos uruguayos)”, dijo con picardía. Después se fue. Dijo que tenía que hacer para el mercado para su casa, es decir juntar dinero para comprar comida. Se llama Víctor Manuel Caicedo Guerrero. Es de Cali, Colombia, y vive en El Poblado 1. Si dentro de algunos años ese nombre se convierte en famoso cantante, será bueno recordar que el escriba estuvo ahí. En el comienzo de todo.
* La ciudad de Cali se prepara para la Navidad. Empleados municipales engalanan el centro de la ciudad con grandes adornos, que luego serán iluminados. Asimismo, empresas comerciales preparan sus grandes adornos, en diferentes centros comerciales. La Navidad está cerca.
* Los motociclistas usan en casi todos los casos casco protector (aunque de tanto en tanto se ve alguno sin). No pueden viajar dos hombres en una misma moto, aunque sí un hombre y una mujer. La norma fue establecida para reducir la cantidad de robos perpetrados por motoqueros. Pero además, después de las 18 deben usar chaleco reflectivo en el que se pueda leer claramente el número de matrícula, el que se repite en el casco protector. Ésta también es una medida para reducir la delincuencia. Si se detecta a alguien sin chaleco o sin casco, se aplica una multa y se retiene la moto.
* La enorme variedad de frutas y verduras sorprende al más gourmet de los visitantes. Hay frutas tan exóticas que hay que preguntar cuáles son. En los grandes supermercados, la sección frutería y verdulería atrapa al visitante, por la diversidad de frutas, verduras, colores, olores y sabores.
* El caleño es amable, y eso se nota a cada paso. Siempre tiene una palabra respetuosa, siempre está dispuesto a dar un dato cuando se lo requiere. Y eso pasa en todas partes, tanto en el centro como en lugares tan alejados como El Poblado. En el medio de un barrio totalmente desconocido se pidieron direcciones para llegar a Casa Naranja y varias personas estuvieron dispuestas a dar ayuda. Realmente ejemplar.

LA DELEGACIÓN VUELVE A QUITO
(Por Enrique Julio Sánchez, enviado especial). Cuando este reporte sea publicado, el Taller de Teatro de Paysandú, la coordinadora de Cultura Laura Juan y el escriba, habrán arribado a Quito, tras un extenuante viaje por tierra de entre 18 y 20 horas.
La salida del grupo está prevista para las 11.30 del domingo, desde la Terminal de Ómnibus de Cali, hasta Ipiales, un viaje de once horas con la empresa Transipiales, con tres paradas intermedias para descanso y descenso y subida de pasajeros.
Tras llegar a Ipiales, a las 22.30, la delegación deberá alquilar una camioneta Combi para dirigirse a la frontera, donde se realizarán los trámites migratorios de salida de Colombia. A pie cruzarán el puente internacional Rumichaca y, ya en Ecuador, lo primero será realizar trámites en Migración. Posteriormente, en otra camioneta combi, o en taxi, viajarán hasta Tulcán, desde donde se tomará un ómnibus a Quito, ciudad a la que se arribará alrededor de las 5 de la mañana del lunes 28.
Tras dos funciones en el Festival Internacional de Teatro Callejero, el grupo emprenderá el retorno a Uruguay el martes 29 a las 21, arribando a Ezeiza a las 6 del miércoles 30, donde una camioneta combi de la Intendencia de Paysandú trasladará a la delegación hasta la Heroica, tal como lo confirmó el intendente Bertil Bentos en conversación telefónica mientras se desarrollaba la última sesión del Congreso de Intendentes.


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