Paysandú, Sábado 03 de Diciembre de 2011
Policiales | 02 Dic La Justicia procesó al sujeto que en la noche del miércoles dio muerte a su padre --carnicero de la zona sur-- al efectuarle un disparo de arma de fuego. Los vecinos siguen conmocionados por las características del homicidio y por la “frialdad” con que el ahora procesado observaba la escena del crimen, pero que luego confesó su responsabilidad ante la Policía.
Pasadas las 21.30, mediante aviso al 911, la Policía fue informada que en Solís casi 33 Orientales se encontraba herido un hombre mayor de edad. Un móvil de la Seccional Segunda trasladó a Ricardo Luis Cardozo Damino, de 62 años, al servicio de urgencias del Hospital Escuela del Litoral, pero ingresó sin vida. Su deceso sobrevino debido a una hemorragia por la herida de arma de fuego en el pecho, próximo al hombro derecho. Como informáramos, la Policía acordonó la zona en que fue encontrado el sexagenario y comenzó a indagar a familiares y vecinos, en tanto ocupó dos escopetas y una sustancia similar a la marihuana en la finca de uno de los hijos de la víctima. Ante la sospecha de que algún familiar podría estar involucrado, los efectivos actuantes dialogaron con A.C.C., de 32 años, quien vive en la casa de la esquina, junto a la de un hermano. En principio éste no aportó datos sobre el hecho, pero fue su actitud de “despreocupación y frialdad” --al decir de una fuente-- lo que hizo que los investigadores optaran por ahondar en el interrogatorio. Finalmente admitió que le había disparado a su padre por causas que no sabía explicar, ya que negó estar enemistado o tener desavenencias con él.
Extraoficialmente se supo que, una vez conducido a la comisaría, A.C.C. dijo que se dedica a reparar motos en su casa --para lo cual dispuso una habitación como taller-- y que es consumidor de marihuana. Aseguró además que mantenía una buena relación con la víctima, aunque existían algunas discusiones pero no eran más que “clásicos rezongos” de padre a hijo, agregando que su progenitor lo apoyaba económicamente. Narró que esa tarde había comprado siete municiones para una escopeta calibre 24, y que unos minutos antes que llegara su padre a la finca hizo un disparo al aire y al retirarse éste, lo baleó sin razón.
Por su parte, la Policía recuperó el arma --cargada con algunos cartuchos--, que se encontraba colgada en una pared, así como municiones esparcidas en el lugar. Asimismo, personal del Departamento de Policía Técnica efectuó relevamiento fotográfico y planimétrico de la escena.
Trabajó también en el lugar personal de la Seccional Segunda, a cargo del comisario Jorge Pintos; efectivos de Radio Patrulla bajo las órdenes de su director, comisario inspector Miguel Romero; el jefe de Policía, inspector mayor (r ) Roque Arámbula Leal; el subjefe, comisario inspector Héctor Muñoz; el director de Coordinación Ejecutiva, comisario inspector Humberto Cardozo; el director de Seguridad, comisario inspector Néstor López; la jueza de Segundo Turno, Karen Ramos y un fiscal.
Tras las investigaciones pertinentes, la jueza Ramos resolvió el procesamiento con prisión de A.C.C., por un delito de homicidio especialmente agravado.
Dicen los vecinos
Vecinos manifestaron a EL TELEGRAFO que la víctima atendía su carnicería con uno de sus tres hijos varones. Residía en una finca anexa al negocio, que compartía con su esposa, hija y el hijo que trabajaba con él. A unos 80 metros al oeste, por calle Solís, vive otro de sus hijos y en la casa contigua, en la esquina de 33 Orientales, lo hacía el homicida.
Algunos vecinos aseguraron que el ahora procesado había concurrido al negocio familiar en dos ocasiones en busca de su padre, indicando que quería hablar con él. Al retornar de realizar unos mandados, Cardozo Damino se dirigió a la finca de su hijo, ubicada en la esquina de Solís y 33 Orientales. Observaron cuando ingresó y unos diez minutos después salió, momento en que su hijo se asomó por una ventana --que da a 33 Orientales-- y le disparó en el pecho desde corta distancia. El herido se desplazó unos diez metros hacia el Este, aparentemente con intenciones de pedir ayuda, pero cayó. El asesinato de Cardozo Damino es el séptimo del año, superando ya la cifra de 2010, en que hubo seis homicidios. En este caso, la víctima era conocida por su actividad laboral y porque a principios de 2000 formó junto a otros músicos locales la orquesta “Ave Fénix”, que tocaba blues y bossa nova.
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