Deportes | 28 Nov Minuto 11’ del segundo tiempo. La tiene Parodi, hace la pausa, espera gente, una finta y el centro hacia el otro lado donde llegaba Patritti, que mira, cabecea la pelota y la pone contra el vertical. Segundo y golazo para Huracán.
Y dos minutos después otra llegada a fondo de Huracán y De León en jugada desafortunada, vence su propia valla. Es el tercero, el que le fue poniendo de a poco el cierre al juego.
¿Y el porqué de la importancia de esos dos goles?
Es que el segundo tiempo había arrancado muy parejo, como lo fueron los 15’ finales del primer tiempo.
Antes había sido Timoteo Acosta, muy resuelto y encarador, quien con un disparo cruzado rastronero, había abierto el tanteador.
Después “Quique” Aramburu quien le puso excelente broche a una subida de Suárez para marcar el empate.
Por eso, esa diferencia de dos goles que abre Huracán en esos primeros minutos del complemento, con dos goles seguidos, resulta definitoria.
De un juego parejo, se pasa sin transición, a un Huracán que pasa a controlar la pelota, a jugarla, metiendo el contragolpe cuando Juventud con más temperamento que fútbol, buscaba descontar.
Pudieron haber más goles del “globito”, pero de todas maneras el 3 a 1 fue totalmente justificado
Huracán está arriba, Juventud navega muy cerca del fondo. “Chapatín”