Opinion | 30 Nov Recientemente ediles de la oposición cuestionaron que se esté llevando adelante el proyecto de remodelación del centro de la ciudad de Paysandú, por considerar que se trata de una iniciativa que no fue suficientemente debatida ni consultada con la población sanducera, y que por lo tanto debería dejarse en suspenso el proyecto hasta tanto se den los pasos que corresponda para ampliar las consultas.
En realidad desde hace más de una década se viene “hablando” de la remodelación del centro de Paysandú, tanto en la Administración Lamas como en la Administración Pintos, y nos fuimos en consultas, en posibilidades, en visitas a otros lugares, donde se hicieron proyectos similares, incluso otros países y en departamentos vecinos, y se reunió información de todo tipo, pero sin llegar a nada concreto al fin de cuentas.
Cuando finalmente se ha concretado un proyecto definitivo, previas reuniones, intercambios de puntos de vista, con comerciantes y otros actores del medio, a la vez de incluirse las obras –de inminente comienzo-- en el Presupuesto Municipal y promover su financiación con aporte de recursos del Fondo de Desarrollo del Interior, surgen estas voces que pretenden seguir esperando y consultando, como si se fuera a prácticamente a descubrir la pólvora a través de un emprendimiento largamente reclamado para por lo menos intentar salir de la mediocridad que durante años ha paralizado la ciudad, en la que todas las administraciones municipales, además, han tenido responsabilidad.
Por lo tanto hace rato que era hora de pasar de las palabras a los hechos, del “vamos a ver”, del “es posible”, del “tal vez”, al “vamos a hacerlo”, porque no podemos seguir pateando para adelante las cosas mientras seguimos en régimen de asamblea permanente.