Opinion | 07 Dic Llega fin de año, ese momento mágico de despedidas, fiestas, celebraciones, abrazos, besos y buenos augurios. Al mismo tiempo, en nuestro hemisferio, llega la época estival, los días más largos, las noches plácidas junto a un vaso refrescante. Llega, ergo, la época de descanso. Buena cosa es descansar cuando se trata de personas o familias, no tan buena cuando el país se toma descanso.
“Cerrado por enero” es el cartel que no se coloca pero que todos pueden leer en las intenciones de una comunidad que se mueve muy lentamente, mientras el Parlamento, la Justicia y otros sectores bajan la persiana.
Paysandú lo vive en carne propia, con un tórrido sol castigando el centro hormigonado de la ciudad, con el mercurio que siente vértigo de la altura a la que llega y con la población en franca huida hacia la costa o bajo el aire acondicionado o -cuando menos- el parral del fondo.
Pero, hay algunas cosas que no pueden tomarse vacaciones. Por ejemplo, la organización de la Semana de la Cerveza. Una fiesta de la que aun nadie habla pero que llegará en abril, con las hojas muertas desprendiéndose de los árboles. Y que debe ser preparada con tiempo. Ya no hay excusas, ya se probó un equipo de personas y ya obtuvieron un resultado que en lo económico fue auspicioso.
Pero no hay que dormirse. La organización de la Semana de la Cerveza 2012 debería ya llevar meses de trabajo, con contratos firmados --o al menos cartas de intención con los principales artistas--, con un “pienso”, como se dice ahora a lo que antes era la tormenta de ideas (o brain storm) muy profundo sobre las transformaciones que esta fiesta merece.
Aunque se ha dicho y escrito hasta el cansancio, ya es tiempo de reformular el predio ferial, de erradicar los puestos de venta como se los conoce actualmente, de instalar áreas temáticas, de establecer patios de comida acordes a esas áreas temáticas. Al predio ferial hay que hacerlo atractivo. Es bueno que se cobre entrada, pero no tiene sentido que se cobre para ofrecer las mismas chucherías que en 18 de Julio.
La feria de la importación china, taiwanesa y aledaños puede permanecer pero -por ejemplo- fuera del predio ferial, pagando por los estands y sin necesidad que el público pague una entrada para llegar a ella.
Qué hacer, empero no es lo más importante. Lo que importa es el cuándo. Y la única respuesta posible hubiera sido: hace rato.