Nacionales | 03 Dic Con motivo del hallazgo de los restos mortales del maestro Julio Castro, desaparecido en agosto de 1977, el CEIP, las Asambleas Técnico Docentes, la Federación Uruguaya de Magisterio y el Movimiento de Educadores para la Paz, rindieron homenaje a su memoria. El consejero de Primaria Oscar Gómez reflexionó sobre la personalidad del maestro y la brutalidad de la dictadura que pensó que destrozándole el cráneo podría eliminar sus ideas
El encuentro, del que participaron dos sobrinos del maestro Castro, se realizó en la sala de sesiones del Consejo de Educación Inicial y Primaria.
Gómez hizo referencia a un homenaje realizado al maestro más temprano en el Museo Pedagógico, donde se mencionaron ciertos detalles del hallazgo. “Una bota intacta a pesar del tiempo muestra su identidad y permanencia”, dijo.
Gómez mencionó la aparición de estos restos como un mensaje para la búsqueda de las raíces más inmediatas y la construcción de esfuerzos para que el programa escolar tenga vigente y presente a los derechos humanos en la historia reciente.
Para el consejero, la aparición de Castro desmiente categóricamente algunas conclusiones a las que arribó la Comisión para la Paz, que concluyeron en que los restos de Castro fueron esparcidos por diversos lugares. “Para la Educación Pública en su conjunto es una día de felicidad (…) porque nuestros maestros estarán seguros de dominar este tema de la historia reciente”, aseguró. Por su parte, el representante de la Federación de Educación Primaria, Gustavo Macedo, se dirigió a los presentes, visiblemente emocionado y condenó a todos los responsables en apresar y ejecutar al maestro Julio Castro.
Reflexionó sobre el momento difícil que atraviesa la educación en Uruguay y la importancia de reencontrarse con el legado del maestro Castro para reafirmar el compromiso con la enseñanza y encontrar la unidad que tanto hace falta por estos días.