Paysandú, Jueves 15 de Diciembre de 2011
Opinion | 08 Dic El Poder Ejecutivo informó que en los próximos días un cambio tecnológico importante en el sistema de comunicaciones de la Policía evitará que las conversaciones de los uniformados mientras recorren las ciudades puedan ser escuchadas por terceros.
Actualmente cualquier persona que tenga un equipo VHF puede, fácilmente, ubicar el canal policial y escuchar sus diálogos, algo que se hace habitualmente en los medios de comunicación de todo el país para una efectiva cobertura de la crónica policial. Y, esto parece ser algo que preocupa gravemente al gobierno, a juzgar por las declaraciones del ministro que afirmó que “se termina eso de que los periodistas escuchan lo que se habla”.
“El sistema vigente no es público pero es tan antiguo que ya todos han encontrado la forma de escuchar todo”, dijo el secretario de Estado en declaraciones El Observador.
Los objetivos perseguidos son otros, según argumenta el Poder Ejecutivo, pero de todas maneras las autoridades saben que a partir de que comience a funcionar, será más difícil para los periodistas enterarse al instante de lo que sucedió.
En los últimos años, el gobierno ha cuestionado duramente la labor periodística en el área policial, acusando a los medios de favorecer algo así como un caldo de cultivo de cierta “sensación térmica” de inseguridad.
A juzgar por las declaraciones oficiales, parecería Gobierno está más preocupado por evitar que la noticia se difunda que en combatir el delito. Es claro que así será más fácil manipular la información, de la misma forma en que se cambian los estadísticas para aparentar una mejora en la seguridad ciudadana, y creyendo que ahora no tendrán la presión de un periodismo entrometido mostrando la realidad cotidiana desde el lugar de los hechos.
El ministro se equivoca de palmo a palmo: el cambio tecnológico en la Policía no incidirá más en la cobertura periodística que las muchas trabas que habitualmente se encuentran los periodistas para acceder a cierto tipo de información oficial, algo a lo cual ya están acostumbrados y con lo que batallan cada día.
Está muy bien que el gobierno dé seguridad en sus comunicaciones a la Policía pero le erra cuando festeja que habrá silencio de radio para los periodistas, en lugar de focalizar en lo realmente importante: también los delincuentes escuchan esas comunicaciones. Los periodistas permanecerán QAP y seguirán haciendo su trabajo para dar cumplimiento a un derecho humano fundamental como es el acceso a la información, insumo básico para que cada uno tome múltiples decisiones que atañen a su vida personal y colectiva.
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