Deportes | 12 Dic Cumplió 15 años el Seven a Side de rugby internacional “Ciudad de Paysandú” y volvió a mantener intactos sus atractivos, en esta oportunidad más que nunca. Mantuvo intacta su magia y brilló con luz propia. Demostró que sigue siendo una de las grandes fiestas deportivas de la región desde el año de su inauguración. Todo fue emoción, oportunidad para reencuentro de dirigentes, jugadores y jueces, que en esta ocasión volvieron a conformar un grupo con representantes de Argentina y de nuestro país, para conducir del primero al último partido.
La presencia del público colaboró, aunque el sábado en menos número, para que fuera toda una fiesta, aplaudiendo las buenas jugadas que culminaron en try y, por sobre todo, poniendo toda su atención a la vez que se hizo sentir el aliento cuando era el equipo local el que estaba en la cancha.
Así fue subiendo el calor del espectáculo. Bajó la alta temperatura reinante desde que comenzó la fase clasificatoria y el clima era más clemente, al tiempo que se iluminaban las luces de la cancha principal. Era la señal de que comenzaba el momento más emocionante de la jornada, cuando se conocería el nombre de los campeones de Bronce, Plata y Oro.
Cuando llegó el momento en que comenzaron a definirse las Copas, y se conoció que, por segunda vez consecutiva, Trébol estaba en la final ante el seleccionado nacional, Los Teros VII, comenzó a vivirse lo que sería la culminación del torneo. Pero antes llegó el partido más emocionante de la noche, con una definición en alargue por empate en el tiempo reglamentario en siete tantos. Y fue precisamente para el pase de Trébol a la final que venció a Galácticos de Muelle Oriental con un try de Hernán Pintos en el límite de la prolongación. Después vino la final de Oro, con trámite ya conocido en lo que hace a un mejor remate del partido de los seleccionados, para cerrar, esta vez con poca vibración el festejo de los campeones, ya que la Copa no la recibieron en la cancha.