Locales | 11 Dic Enrique Ortega Salinas, quien recientemente estuvo en Paysandú para dictar conferencias y presidir un seminario sobre desarrollo de la memoria y capacidad de aprendizaje en base al método que creara y perfeccionara durante varios años, presentó al Ministerio de Educación y Cultura un proyecto de su autoría para mejorar la enseñanza en nuestro país, sobre lo que espera recibir respuesta de las autoridades ministeriales.
Ortega, uruguayo de 50 años, quien tiene el récord Guinness por memorizar un mazo de naipes en 49 segundos y un número de 320 cifras de una sola lectura, ha difundido su sistema para “superaprendizaje” y desarrollo de la memoria. “En el proyecto que le elevé al ministro de Educación y Cultura sobre revolución educativa, planteo que potencialmente todos podemos ser genios por nuestra capacidad cerebral, que está desaprovechada”, explicó a EL TELEGRAFO.
“Por lo tanto, hemos elevado un proyecto que reforma sobre todo los programas de Secundaria de una manera radical, adaptándolos al siglo XXI, porque estamos con un programa totalmente obsoleto. Todas las propuestas hasta ahora han sido muy abstractas, aunque hay abstracciones que son positivas, y otras no”, indicó. “El problema es que nos hemos quedado en el tiempo con una cantidad de necesidades, y yo propongo por ejemplo materias nuevas. Hay una que arrancaría con la educación preescolar, con el desarrollo de la inteligencia. El individuo tiene que aprender a controlar sus pasiones y evitar que las pasiones lo controlen a él, y tiene que por ejemplo aprender a dialogar sin discutir, es decir, desarrollar las habilidades de comunicación oral y escrita”, evaluó.
“El egresado de Secundaria tiene que saber hablar en público, dominar técnicas de marketing, negociación, liderazgo. Por lo que proponemos que en toda la Secundaria se enseñe dentro de una misma materia relaciones públicas y humanas, porque esto determina el éxito en el 90 por ciento de las ocupaciones. No importa si luego el estudiante vaya a ser periodista, ingeniero, abogado o médico, pero sí requiere habilidades de comunicación. Sobre todo el individuo tiene que saber por qué piensa como piensa, por qué actúa como actúa y por qué siente lo que siente”, señaló. “Si logramos un ser humano racional y pensante, todo lo demás, los conocimientos de matemáticas, de ciencias, etcétera, vienen por añadidura. Por lo tanto, el punto es que aprenda a aprender”, añadió Ortega.
Estudiante investigador
“Por ejemplo, yo tengo un libro de cómo aprender inglés de manera vertiginosa, donde lo que busco es que la persona deje de considerarse un estudiante de inglés, pero también lo logro con matemáticas, historia y las demás materias. Los alumnos no son estudiantes, son investigadores, o sea que logramos que se reprograme para ser un investigador de historia, matemáticas, inglés, y eso cambie todos los conceptos posteriores”, explicó. “Lamentablemente, hoy tenemos un estudiante que estudia de manera mecanizada, donde la razón queda sepultada por una memoria automatizada, y memoria sin razonamiento no sirve de nada”, acotó.
Evaluó también que si bien la informática ha revolucionado al mundo de manera positiva, “tiene efectos colaterales, como por ejemplo la disminución de la capacidad de lenguaje. Pero además tenemos un problema generacional, porque hemos pasado de un Estado que fomentaba el no pensar a un Estado excesivamente permisivo, lo cual es malo porque con el mínimo esfuerzo también logras que te promuevan”.
Para Ortega, en materia educativa debe buscarse “el término medio”. “Tenemos un problema gravísimo y es mejor que lo digamos con crudeza, porque a esta generación la estamos perdiendo, y hoy parece más fácil darle palos a Graciela Bianchi, directora del Liceo Bauzá, porque quiso reprender algunos alumnos que tomaban vino y se estaban drogando en la puerta del centro, cosa que comprobé personalmente. Resulta más fácil criticarla a ella por crítica, que ver si acaso no tiene un poco de razón en el sentido de que hay ciertos límites que mantener”, precisó.
“Los directores en general y los profesores de Secundaria en particular sienten que no tienen respaldo ante la falta de respeto, y no se trata de que los alumnos no opinen, sino que haya equilibrio y no pasarse de la raya. La autoridad no debe ser considerada mala palabra, y hoy parece que uno no es de izquierda si habla de imponer la autoridad. Bajo un régimen democrático, naturalmente, pero hoy tenemos un sistema educativo que no educa”, reflexionó.