Paysandú, Miércoles 21 de Diciembre de 2011
Opinion | 18 Dic Sin dudas resultará un hecho muy significativo la puesta en funcionamiento de la planta de pretratamiento de efluentes domésticos e industriales que OSE se apresta a construir en la inmediaciones de la desembocadura del arroyo Sacra en el río Uruguay.
Los cambios medioambientales que el proyecto generará hacen que resulte necesario, imprescindible deberíamos decir, que se establezca ya un plan director completo para promover una transformación total de la zona en beneficio de la población y la ciudad.
De acuerdo con el documento presentado a la Dirección Nacional de Medio Ambiente para la solicitud de aprobación del estudio de impacto ambiental, en la etapa de construcción fueron identificados como impactos positivos la generación de mano de obra directamente ocupada en la construcción de la planta y la dinamización del área de servicios por el aumento de la demanda debido a la mayor afluencia de personas.
En la etapa de operación, el proyecto determinará una mejora en las condiciones de descarga que impactarán disminuyendo la generación de olores en épocas de estiaje, ya que evitarán la generación de una zona de descarga atóxica; mejora del paisaje y visuales por disminución de la presencia de flotantes y lodos suspendidos que actualmente llegan incluso a otras áreas costeras; mejora de la calidad de vida de los habitantes del área de influencia de la descarga al impedir el contacto directo de las personas con el agua residual, eliminar la presencia de vectores en los alrededores del canal abierto y los fuertes olores claramente perceptibles en las zonas cercanas.
Asimismo, se prevé la mejora ambiental y sanitaria del desagote de las barométricas, la que es una importante fuente de exposición a enfermedades.
Actualmente se realiza en una canal a cielo abierto a escasos 100 metros de un asentamiento y en una zona que en la práctica es de recreación para los niños que allí habitan y por último, la mejora del estatus de calidad bacteriológica de la playa Mayea.
Además, se cumplirá con la normativa de la Comisión Administradora del Río Uruguay en materia de protección de las tomas de agua bruta de la localidad de Casa Blanca y de las ciudades de Paysandú y Concepción del Uruguay, y de los usos recreativos en las playas locales. El diseño de la planta contempla proyecciones poblacionales de la ciudad al año 2030 con una población de 119.622 habitantes. En suma dispondrá Paysandú de una nueva costa limpia, sin contaminación y con mucho espacio utilizable. Es por consiguiente, como indicamos, absolutamente lógico que comencemos ya a determinar que se va a hacer para aprovechar esa zona poniéndola al servicio de la ciudad.
Tomemos la zona que parte en dirección sur desde donde termina el puerto hasta la costa situada a la altura de San Félix. Así nos encontraremos con enormes posibilidades de conformar un gran parque.
Para el lado norte, bien se podría hacer --como ya lo hemos propuesto--, una bahía para servicio del turismo náutico en el hoy abandonado y cubierto de maleza y suciedad “Muelle de Alto Nivel”.
Podríamos imaginar una rambla que penetre en la Playa Mayea atravesando un frondoso monte plantado como recordando aquellos fresnos que por un tiempo transformaron el paisaje de la zona en los años’80 y, por supuesto, una playa de arenas limpias y cálidas.
Nuestra imaginaria costanera encontraría luego una zona donde podría haber algunos pequeños muelles para aficionados a la pesca deportiva o para eventualmente atracar chalanas o embarcaciones pequeñas.
Y así, se podría cruzar el Sacra por un pequeño puente, para encontrar costa de rocas, otras playas y paisajes y, fundamentalmente el majestuoso río Uruguay acordonado por hermosos montes tanto de especies autóctonas como exóticas que habremos de plantar.
Por supuesto que se deberán establecer comodidades para que la población pueda disfrutar de su estancia al aire libre y acaso no sería mala idea que se destinaran algunos predios para que instituciones del medio tengan sus propios parques recreativos.
Y es de tener en cuenta que en parte de esa misma zona se desarrollará el trazado del acceso sur al reactivado puerto sanducero.
Las posibilidades son muchas, las ideas también, pero lo importante es que no perdamos tiempo y encaremos la realización de una completa planificación. Ciertamente, por ahora todo eso no es más que un baldío contaminado que la naturaleza demorará años en limpiar, y en buena parte rodeado por asentamientos irregulares.
Pero teniendo a la vista el objetivo final, es más sencillo actuar por etapas y así se podría estar alcanzando en 5 ó quizás 10 años lo que seria un cambio trascendente en la costa sanducera, recuperando para toda la ciudad lo que podríamos llamar el Parque Sur.
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