Deportes | 15 Dic El trinquete de Centro Pelotaris fue bautizado. A partir del pasado fin de semana el trinquete de los vascos se llama Carlos Buzzo, en homenaje al pelotari sanducero que recientemente se retiró de la selección uruguaya nada menos que con una medalla de plata en los Juegos Panamericanos.
La ceremonia, que se llevó a cabo después de la competencia planificada para el sábado y el domingo, resultó ser por demás emotiva ya que fue toda una sorpresa para Buzzo. “Ni me lo esperaba. Nunca se me pasó por la cabeza una cosa así. Me dieron una gran sorpresa, no se me ocurrió que podría ser merecedor de esto; es más, en mi ideario, hay un montón de jugadores que se lo merecen”, dijo el deportista sanducero que tantas alegrías le ha dado a la pelota de nuestro país.
Rodeado de sus familiares, de amigos, allegados y de su compañero durante varios años, el mercedario Enzo Cazzola, con el que obtuvo su último logro vistiendo la Celeste, Buzzo se mostró no solo sorprendido sino realmente emocionado. Previamente, ambos deportistas ya habían sido reconocidos por su actuación en los Juegos Panamericanos.
La competencia
El sábado se llevó a cabo un torneo de pelota azul que contó con la participación de seis parejas, que se enfrentaron todas contra todas, contando no solo con la participación de jugadores locales sino también de Dolores y Montevideo.
Las parejas participantes fueron Andrés Laporta - Carlos Comas, Richard Heit - José Figueroa, Carlos Morales - Daniel Norbis, Antonio Alvarez - Héctor Ramírez, Gerardo Benítez (Montevideo) - Leonardo Rivero y Mariano Meyer y Gonzalo Ramírez (Dolores).
Tras ganar cuatro compromisos cada una, llegaron a la final Morales-Norbis y Heit-Figueroa, venciendo en el choque por el título la primera de ellas en cifras de 21 a 18, en parejo y disputado partido.
Disputada el sábado esta primera parte de la competencia programada, las cuatro primeras parejas clasificaron para jugar al día siguiente un Súper Cuatro, del que también formaron parte Benítez-Rivero y Meyer-Ramírez.
En este segundo campeonato, Heit-Figueroa se impuso por 21 a 20 a Benítez-Rivero, mientras que Meyer-Ramírez venció a Norbis-Morales por 21 a 16. Los ganadores de ambos cruces disputaron la final, en la que los doloreños lograron el título al imponerse a Heit-Figueroa por 21 a 16. Tras esta competencia se llevó a cabo el almuerzo de entrega de premios y homenaje a Buzzo y Cazzola.