Deportes | 26 Dic Más allá de que pueda decirse que la definición del Honor no fue justa en cuanto a los participantes de la Liguilla final del círculo de privilegio del fútbol sanducero, o si es justa o no este tipo de definición, el último tramo de la temporada resultó ser apasionante.
Y Bella Vista, el mejor del año según la tabla anual más allá de no haberse quedado con el Apertura o el Clausura, terminó confirmando en la cancha su favoritismo previo, basado en la continuidad del cuerpo técnico que lidera Ulises Betti y en un plantel extenso en cuanto a número de jugadores, parejo, y con figuras importantes y de experiencia.
Bella Vista terminó confirmando lo que podía esperarse y obtuvo un tricampeonato por segunda vez en su historia después de aquellas tres consagraciones consecutivas de 1975, 1976 y 1977.
Tras culminar primero en la tabla anual, los papales sabían que tenían un partido extra en caso de no quedarse con la Liguilla, pero no fue necesario recurrir a esta definición, ya que en la final de la Liguilla vencieron a un Litoral que nunca bajó los brazos pese a sufrir ausencias importantes, y que tuvo una segunda parte de temporada impensada para todos cuando el equipo no reaccionó a lo largo del Apertura.
El decano, que entró como convidado de piedra a la Liguilla, terminó llegando a la final y, más allá de que no pudo quedarse con el título, tiene la tranquilidad de haberse consagrado como el segundo mejor equipo del balompié sanducero de Primera División, lo que le valió además la clasificación a la Copa Nacional de Clubes, de la que participará también el campeón.
Huracán, en tanto, pasó de ser candidato a quedarse con las manos vacías de la peor manera. Es que los del globito hicieron un gran Clausura y todo apuntaba a que seguirían de largo, pero resultó ser que en una jugada terminaron hipotecando el campeonato. Más allá de los errores arbitrales en el partido ante Litoral, Huracán reaccionó reclamando un gol del decano generado en posición dudosa durante el primer compromiso entre ambos. Esa jugada tiró por tierra el trabajo realizado ya que las protestas derivaron en expulsiones y denuncias que, para la revancha, dejaron a Huracán sensiblemente disminuido en cuanto a la disponibilidad de jugadores importantes, claves en el equipo. Hoy, con el pescado vendido, seguramente la gente de Huracán podría pensar qué hubiera sucedido si aquel partido se perdía 2 a 1 (finalmente se empató 2 a 2) y se afrontaba la revancha con todo el poderío.
Independiente fue el otro que se coló entre los cuatro mejores del fútbol de Primera. Los rojos, que sorprendieron a propios y extraños en su primer año en el círculo de privilegio, ganaron claramente el Apertura. Pero cuando apostaban a más, sabiendo igualmente que el gran objetivo era quedarse en la categoría, el esfuerzo de aquella primera parte de la temporada les pasó factura y perdieron terreno, aunque les alcanzó igualmente para meterse entre los cuatro mejores.