Ya es cotidiano

Locales | 03 Ene Nuevamente se constató una extensa fila para el ingreso al puente binacional general José Artigas, que esta vez alcanzó hasta la estación de nafta en el camino a Colón.
Las demoras en los trámites determinaron que ayer hubiera esperas de más de dos horas para cruzar desde Argentina a Uruguay. Según los datos recabados por EL TELEGRAFO, la razón es la habitual: la poca rapidez en el registro de los pasajeros. Pese a que eventualmente se hagan esfuerzos de personal y se habiliten --como ayer-- cinco carriles, la misma estructura del paso de frontera hace que las demoras sean mayores que las que se registran, por ejemplo, sobre el puente de la represa de Salto Grande.
Es que cada trámite es hecho por las dos autoridades migratorias, Gendarmería argentina y Migración uruguaya, y para cada registro el vehículo queda parado frente a la caseta correspondiente. Si bien el trámite lo comienza una repartición, ingresa los datos y se los da a la otra para que a su vez los ingrese, la primera queda varios minutos sin trabajo hasta que el auto se va y llega otro a la ventanilla. Para que eso suceda, pasan los minutos de registro de ambas autoridades. Por ejemplo, el sábado 31 a las 5 de la mañana, la cola era de solo 6 vehículos (llegaba hasta la caseta del peaje), pero la demora fue de una hora.
El caso es el mismo que sucede en el puente Fray Bentos-Puerto Unzué, pero en Salto es diferente.
Allí se estacionan los vehículos en la explanada antes del paso de frontera, y los pasajeros ingresan al edificio de control binacional donde hacen el mismo trámite, pero de una manera más rápida y sin detener el tránsito.
A eso se refería también el Ministro del Interior, Eduardo Bonomi, cuando consultado por nuestros cronistas decía que había un problema edilicio para el desarrollo más rápido de los controles. Sin embargo, no aclaró si se harían más casetas de a un automóvil o se intentaría hacer un sistema similar al salteño.