Paysandú, Martes 03 de Enero de 2012
Opinion | 03 Ene Luego que el presidente José Mujica hiciera referencia al tema en varias oportunidades el año pasado, como uno de los temas pendientes de su gobierno, en los últimos días de 2011 el Ministerio de Salud Pública presentó la estrategia que diseñó para llevar médicos al interior del país y lograr que éstos se radiquen en el lugar, ante pedido del mandatario.
El referido plan, elaborado en conjunto con la Facultad de Medicina, no cuenta aún con la financiación requerida, de acuerdo a lo manifestado a El Observador por el subsecretario de Salud, Leonel Briozzo, quien subrayó que será el propio jefe de Estado el que traslade este plan ante el primer Consejo de Ministros de 2012, fundamentalmente para analizar con el Ministerio de Economía la búsqueda de recursos.
Mujica sintetizó la parte medular del problema al manifestar, tras la presentación del plan, que si bien está conforme con lo diseñado “no alcanza” porque “nadie quiere ir a trabajar a la campaña profunda, porque está todo trasmano y porque hay soledad”.
Entre otros elementos, según lo anunciado en la oportunidad, la idea del MSP y de la Facultad de Medicina para llevar médicos al interior profundo contempla la creación de las Unidades Docentes Asistenciales Departamentales, (UDAD), que serán las encargadas de coordinar todos los recursos humanos que trabajen en el área rural.
De acuerdo al subsecretario, los estudiantes de Medicina podrán hacer formación de grado y de pos grado, con la expectativa de que al final del presente período de gobierno esté instalada una unidad de este tipo en cada departamento, la que tendrá un costo anual del orden de los cuatro millones 237.000 pesos, considerando solo los salarios de los recursos humanos (médicos generales y especialistas, psicólogo, asistente social y ocho residentes e internos).
Asimismo el proyecto prevé generar condiciones adecuadas para la instalación de sus médicos y sus familias, especialmente los recién recibidos, con el agregado de incorporar incentivos financieros, generar contratos especiales a término de uno o dos años, o en las mutualistas del Interior, beneficios de formación continua y beneficios para la familia.
Debe tenerse presente que la dicotomía entre la realidad de la cobertura médica entre Montevideo e Interior, y en la cobertura sanitaria en general, como en tanto otras áreas, ha sido motivo de reflexiones en diversos niveles, y de frecuentes planteos de EL TELEGRAFO a través de esta página editorial, y hace poco tiempo incluso recogimos el planteo del presidente de la Federación Médica del Interior (FEMI), Edgardo Mier, quien expresó que la federación está dispuesta a colaborar en la formación de médicos y especialistas, en el tiempo que sea necesario, ante la difícil realidad que se vive en el interior del país en materia de personal de salud, tanto médico como no médico.
El titular de FEMI hizo referencia así a un tema que no ha tenido todavía condignas respuestas, salvo algunas acciones puntuales en alguna administración de gobierno, incluyendo la del presidente José Mujica, quien ha hecho hincapié en este tema en más de una oportunidad.
Mier dijo que estamos ante una realidad que golpea duramente a todo el país, incluso a Montevideo, pero sobre todo al Interior y los lugares más alejados. “Hace unos cuantos años que advertimos este problema. Hicimos un estudio por departamento del número de médicos radicados por sus especialidades y por sus edades, nos trazamos la hipótesis de que se iban a jubilar a los 65 años. Hicimos un diagnóstico de qué carencias tendría el país. Lamentablemente fue tan premonitorio que hoy estamos padeciendo estas dificultades. Se van a agravar en los próximos años”, explicó.
Es que hasta ahora, como dijo el propio Mier, la Facultad de Medicina ha estado “de espaldas” a esta realidad. “Entran unos 1.400 estudiantes anualmente a la facultad, se reciben cerca de 400 y cuando pretenden realizar determinada especialidad, algunas cátedras permiten ingresar uno o dos posgrados. Esta historia es muy vieja”, sostuvo.
Tan vieja como la falta de especialistas y médicos radicados en áreas rurales, producto de la macrocefalia y el centralismo que atraviesa en forma transversal al país.
Estamos ante un panorama que se manifiesta desde hace ya muchas décadas, por falta de voluntad política para innovar y avanzar contra estructuras que oponen uno y mil obstáculos, de forma de mantener todo incambiado y seguir manejando las cosas a su comodidad.
Seguramente la iniciativa gubernamental de creación de las UDAD no va a ser la panacea ni nada que se parezca para esta compleja problemática, pero es de esperar sí que sea un principio a cuenta de otras acciones, como por ejemplo condicionar realmente el ejercicio de la carrera tras la obtención del título y pos grados a un trabajo por determinado plazo mínimo en el Interior, como forma además de devolver a la sociedad –sobre todo a los sectores menos favorecidos-- lo que ésta aporta a través de impuestos para que los futuros médicos, como tantos otros profesionales, puedan estudiar gratuitamente en la Universidad.
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