Opinion | 05 Ene La ciudad de Paysandú tiene 37 basurales endémicos, según la información proporcionada por la Intendencia a la consultora que realizó un relevamiento nacional sobre la situación de los residuos urbanos, encargado por el gobierno nacional, con miras al diseño de un Plan Estratégico de Residuos Sólidos en Uruguay, en el que han comenzado a trabajar las intendencias y el Poder Ejecutivo con la finalidad de mejorar la gestión de este tipo de desechos.
Llevar la información de cada una de las ubicaciones de esos basurales endémicos a un mapa, el cual publicamos en nuestra edición de ayer, permitió visualizar claramente dónde tienen lugar las mayores concentraciones de los mismos, que son las inmediaciones de los arroyos Sacra y La Curtiembre, así como en distintos puntos del trayecto en que la vía férrea atraviesa la planta urbana.
Posteriormente a esta publicación, la Intendencia, a través de su Departamento de Servicios, emitió un comunicado en el que señala que prosigue con la limpieza de basurales en diferentes zonas de nuestra ciudad y que si bien esa tarea se cumple permanentemente por funcionarios de esta repartición, “muchos vecinos hacen oídos sordos a la solicitud de depositar en lugares habilitados la basura que extraen de sus hogares y esto provoca la proliferación de basurales endémicos”.
Al respecto, el subdirector general de Servicios, Mauro Soto, dijo que hay lugares en donde no pasan más de dos o tres días de que se limpian y nuevamente se encuentran en estado deplorable.
Eso es totalmente cierto, al igual que el hecho de que con la finalidad de controlar este tipo de basurales se instalan volquetas --actualmente hay unas cincuenta-- que en muchos casos debe ser retiradas a los talleres para su refacción puesto que son semidestruidas y hasta incendiadas.
Indudablemente, el asunto amerita reflexión, porque el hecho de que muchos de estos basurales se generen en zonas económicamente más deprimidas de la ciudad, como la proximidad de los asentamientos marginales, indica que quienes viven allí están generando estos basurales en el lugar donde viven, lo que sin duda afecta su calidad de vida.
Sin embargo, es preciso aclarar que en reiteradas ocasiones se ha visto como desde autos y camionetas se tiran desechos en lugares de la vía pública y baldíos de zonas alejadas de donde esas personas viven. Esto, aparte de una irresponsabilidad, representa también una grosera agresión a los vecinos, cosa que nada bien hace a la convivencia de la sociedad.
Tiene razón la Intendencia al quejarse de la poca colaboración de muchos vecinos. Es un problema real y por eso mismo requiere atención permanente. Demanda trabajar no sólo en la limpieza de esos lugares, sino también en estrategias de sensibilización y educación, así como una estricta fiscalización y sanción a los infractores.