Locales | 02 Ene Hay algo que es universal al recibir el año nuevo: la aspiración de iniciar un ciclo mejor. Dividir la vida en etapas da nuevas oportunidades. El ciclo de 365 días es sin dudas el más tradicional. Tras doce meses, puntualmente, llega la oportunidad de renovarse, de volver a empezar, de dejar atrás las frustraciones y dar paso a las esperanzas. En solamente una noche todos, a lo largo y ancho del planeta, celebran el fin de un ciclo y especialmente la llegada de uno nuevo. Lo que se inicia viene siempre acompañado de ilusiones. Lo que no se logró en el ciclo (año) anterior, tiene una nueva chance, en esa noche mágica en que a medianoche no solamente se inicia una nueva jornada sino todo un nuevo año.
El 2011 es historia. Ya es pasado. Dejó su lugar a un año hoy de apenas pocas horas, el 2012, que es depositario de todo lo por lograr, de todo lo que cada uno desea para sí, su familia, su comunidad, su país y, por qué no, este planeta que sigue eternamente su viaje por el espacio estelar, llevando miles de millones de historias que se unen en la misma ilusión cada vez que un año comienza: que todo sea mejor y para bien. ¡Feliz 2012!