Cuidado con las piedras

Locales | 07 Ene A solo 9 centímetros por sobre el cero de la escala estaba la pasada tarde el río Uruguay frente al puerto de Paysandú y se estima que continuará descendiendo en los próximos días, según la información brindada por la Prefectura de Puerto. En la mañana, el río se medía por debajo del cero. Normalmente, en verano el paterno tiene un nivel medio de un metro, lo que muestra a las claras el estiaje.
“Es por la poca agua que evacua la represa de Salto Grande”, dijo la fuente a EL TELEGRAFO, detallando que “hasta mañana (por hoy) a las 15 estiman que habrá una evacuación de entre 600 y 1.700 metros cúbicos por segundo”.
A todo lo largo
En realidad, todos los puertos del río Uruguay, desde Brasil hasta aquí, marcan apenas algunos centímetros sobre el cero y “en Salto hay 30 centímetros sobre el cero, ya que es la diferencia que hay por el nivel”.
Para que cambie la situación debería llover profusamente en la cuenca inmediata del Uruguay, aunque --dada la sequedad de la tierra-- no sería mucho el agua a escurrirse hacia el río o sus afluentes, de manera que no se estima que haya cambios al menos en los próximos siete días. “Debería llover en el río Paraná para que represe en el Sur, y llover en el Uruguay para que la altura sea mayor, pero eso en esta época es difícil”, se indicó.
Se ven las piedras
La “bajante” permite ver y conocer dónde están las piedras en el río, porque no todo es lecho de arena. En varias partes de la costa pueden verse piedras y bancos de arena que normalmente están sumergidas, y han sido problema para algún navegante con poca experiencia y conocimiento.
Más de una vez embarcaciones de distinto porte –incluso lanchas chicas con motor fuera de borda-- han sufrido daños al golpear con una piedra apenas oculta bajo el agua. Es que el paterno, aunque se ve ancho y majestuoso en realidad no es demasiado profundo en general –excepto en algunos puntos, como por ejemplo frente al puerto sanducero--. Con profundidades “normales” de 2 y 3 metros en amplios sectores, existen infinidad de rocas –en especial desde la costa sanducera hasta unos cientos de metros, por ejemplo frente al “Chorro”— y bancos de arena que prácticamente se asoman en tiempos de bajante. Por eso, aunque la ecosonda indique que hay agua suficiente, sorpresivamente una embarcación puede quedar “montado” sobre uno de estos peligrosos obstáculos.
Si eso ocurre en condiciones normales, ahora se multiplican las posibilidades, dado que la altura es sensiblemente menor, y hay más lecho rocoso o bancos de arena que pueden afectar la navegabilidad normal. Por otra parte, durante el estiaje es el mejor momento para conocer el río, puesto que muchos de estos obstáculos afloran a la superficie.