Paysandú, Martes 17 de Enero de 2012

Mejor escenario para las PYME

Opinion | 13 Ene En las últimas horas fue firmado por el presidente de la República el decreto que modifica la reglamentación que regía desde 2007 de la ley de promoción y protección de inversiones, lo que permite la entrada en vigencia de una norma que durante seis meses estuvo esperando la sanción.
La nueva normativa determina exenciones fiscales adicionales a usuarios de parques industriales y a las PYME, pero las empresas que se postularon el último mes o en los próximos tres podrán hacer uso del régimen anterior, de acuerdo a lo que informa El País.
Las cámaras del sector industrial y del comercio y servicios evaluaron los cambios como positivos, en tanto de acuerdo a los argumentos manejados por el Poder Ejecutivo para promover las iniciativas, el objetivo es adecuar las exigencias sobre las externalidades a las que se comprometen las empresas beneficiarias, “eliminando indicadores de difícil control, incorporando el concepto de calidad de empleo, redefiniendo los indicadores de descentralización y de incremento de las exportaciones, ampliando el concepto de innovación, considerando las exportaciones directas generadas por los productores agropecuarios e incorporando indicadores sectoriales”.
Los usuarios de parques industriales podrán aumentar en un 15 por ciento el puntaje total de exoneración fiscal obtenido en la matriz de indicadores que aplicará para puntuar cada proyecto, lo que a juicio del vicepresidente de la Cámara de Industrias, Gabriel Murara, es muy positivo en tiempos en los que hay problemas importantes de competitividad por la baja del dólar, suba de impuestos y las trabas que deben enfrentarse en el comercio regional.
En el capítulo de apoyo a las pequeñas empresas, se establece que las PYME que presenten proyectos de inversión por hasta 3,5 millones de unidades indexadas (8,13 millones a la cotización de hoy), podrán optar entre obtener un porcentaje adicional de exoneración del Impuesto a la Renta de las Actividades Económicas (IRAE), o aplicar un régimen simplificado de evaluación.
En principio es positivo todo paso que se de para simplificar trámites, especialmente para los emprendimientos que recién comienzan a funcionar, teniendo sobre todo presente que las firmas de menor envergadura son las que tienen más dificultades para encarar trámites que por lo general son burocráticos y engorrosos, lo que se agrega al aspecto positivo de que el régimen habilita exenciones al Impuesto al Patrimonio, tasas y tributos de importación e Impuesto al Valor Agregado.
Contrariamente a lo que suele ocurrir en períodos de crisis, la coyuntura económica favorable del país es un factor que alienta las inversiones, lo que es particularmente importante en el caso de las pequeñas empresas, que suelen vivir al día y que cuando existen mercados promisorios tienen la posibilidad de arriesgar una ampliación o modernización de sus emprendimientos, con la expectativa de un retorno más o menos inmediato de la inversión.
En cambio, durante los períodos de incertidumbre es tradicional que se dé un ciclo de prudencia en las inversiones. Pero a la vez en esta vasta problemática de las PYME, que tienen una gran proyección en la economía del país por ser las mayores proveedoras de empleo, hay aspectos que deben estar por encima de avatares y coyunturas y que deben contribuir a la sustentabilidad de los emprendimientos, y en esta línea seguramente va la iniciativa recientemente sancionada por el Poder Ejecutivo, lo que es plausible en toda circunstancia.
Precisamente es positivo que la inversión comprendida en el régimen de beneficios fiscales incluya la adquisición de bienes destinados a integrar el activo fijo o intangible de la empresa, como los vehículos utilitarios, la incorporación de mejoras fijas, entre otros, que deberán mantenerse durante su vida útil o diez años si su vida útil es mayor, lo que encaja en el contexto de los objetivos que guían el conjunto de exoneraciones y estímulos destinados a las PYME.
Estaríamos muy lejos de la realidad si creyéramos que a través de estas exenciones adicionales estaremos llegando al ideal en la materia y que los problemas se terminan, desde que los condicionamientos, las restricciones, las carencias en el soporte en una infinidad de áreas para las pequeñas empresas subsisten, pero es notorio que estamos en un proceso, que como tal involucra una gradualidad, y que las respuestas están llegando, aunque no siempre perfectas y en los tiempos necesarios.


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