Opinion | 12 Ene De acuerdo a lo anunciado por autoridades municipales, el lunes venidero comenzará en Termas de Almirón la construcción de un Centro Terapéutico para este complejo termal, que involucra una oferta de la misma empresa que licitara a nivel departamental el hotel para este centro turístico.
La buena nueva se conoció a partir de que la Intendencia Departamental recibiera formalmente la resolución del Ministerio de Turismo y Deporte en el sentido de que adjudica a la empresa Ofrimar S.A. la construcción y gerenciamiento del centro terapéutico, por una inversión –financiada por el Banco Interamericano de Desarrollo- de 200.000 dólares, dando así luz verde al comienzo de las obras una vez finalice la licencia anual de la industria de la construcción.
La sustancial mejora en infraestructura beneficiará a un centro termal que cuenta con aguas saladas de muy buen valor terapéutico, enclavado en una zona que está fuera del nudo de rutas nacionales del Litoral y que por lo tanto no convoca a turistas de paso, sino que tiene un contingente de visitantes que buscan específicamente este tipo de instalaciones para esparcimiento en un ambiente de tranquilidad.
Pero debe valorarse sobre todo que en ésta como en tantas otras áreas, la inversión inicial puede ser la punta de una cadena de desarrollo, desde que la infraestructura se realimenta al consistir un atractivo adicional para los visitantes, que a la vez van demandando más servicios y consecuentes nuevos emprendimientos para satisfacer la demanda agregada que se genera.
En el caso de este complejo termal, como bien señalaba recientemente a EL TELEGRAFO el intendente Bertil Bentos, la inversión se suma a una serie de obras en marcha que responden a la construcción de viviendas en el marco del loteo y venta de terrenos que hizo en su momento la presente administración municipal, al punto que se ha generado una demanda puntual de mano de obra que no es posible satisfacer con personal de la zona, y han llegado trabajadores de áreas vecinas a incorporarse a las plantillas que erigen esas unidades habitacionales.
En todos los casos, tal como dice el refrán, “detrás del bagre viene la sarta” y es positivo que se tengan iniciativas que signifiquen dar el primer paso, porque tanto en este complejo termal como en el de Guaviyú, o en los emprendimientos de estas características que sea, se generan expectativas y sinergias muy positivas que significan creación de infraestructura y fuentes de trabajo genuinas.