Paysandú, Sábado 21 de Enero de 2012

El estrés del magisterio y las nuevas responsabilidades

Locales | 17 Ene Uno de los aspectos a considerar es que muchas políticas de gobierno, tanto nacional como departamental, pasan por las escuelas públicas, como por ejemplo la educación en el tránsito, el medio ambiente o varios más que se suman a la currícula que tiene Primaria en su programa de estudios. Acerca de ello, Subotin agregó que es también un problema de la composición y situación familiar.
“La familia ha cambiado mucho. En una familia donde la madre no trabaja, los valores son inculcados por la mamá, y es muy distinto que cuando ambos padres trabajan y los niños se crían muchas veces solos. Eso hace que los valores cambien, y que la familia, al no poder atenderlos, delegue muchas tareas en la escuela y en los maestros. Eso, sumado a la problemática social de algunos niños, hace que tenga que además trabajar en un área que antes cubrían los padres”, consideró.
Por otra parte, “con los avances de la sicología se aprenden nuevas formas de aprendizaje, que requieren nuevas estrategias de enseñanza. Eso hace que el maestro tenga que actualizarse, y se requiere una actualización permanente, que requiere tiempo”, que no es algo que les sobre a los maestros, según la inspectora. “Un docente trabaja a doble turno, tiene que planificar las tareas para las dos clases, buscar material para llevar a la escuela y además atender su familia”, acotó.
Además, cursos
de actualización
En ese sentido, también influye que se hacen cursos de actualización, algunos locales, como los cursos de verano, y los del Proyecto de Mejoramiento de la Calidad Educativa, que se hace un sábado por mes y otros -como en el caso de las escuelas de Tiempo Completo- que deben ir a Montevideo.
“Si hubiese la suficiente cantidad de maestros no habría necesidad de trabajar en doble turno, pero nosotros (desde la inspección) estamos requiriendo a los maestros que trabajen en doble turno porque no tenemos con qué cubrir los cargos vacantes, y a veces, como no se puede acumular más de 40 horas semanales, las escuelas de Tiempo Completo nos quedan sin maestros. Ahora a fin de año, en la memoria anual, hicimos un relevamiento de las escuelas y había grupos sin maestros”, precisó.
Todo esto repercute además en la calidad de la enseñanza, por más buena voluntad que se ponga por los docentes. “Un maestro cansado, estresado, como pasa con cualquier trabajador, no rinde lo mismo que un maestro descansado, que llega a su casa y puede planificar, buscar recursos para trabajar. Es distinto”, reflexionó.
A su juicio, “mientras no cambien radicalmente algunos temas de política educativa, de proyección de una oferta más interesante hacia el magisterio, no vamos a tener maestros”.
Subotin, quien también trabaja en el Instituto de Formación Docente (IFD) dijo que en 2010 salieron a promocionar la oferta del IFD, “y tuvimos una respuesta importante pero en profesorado, no en magisterio”.


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