Opinion | 18 Ene No quedan dudas que el verano ha llegado con toda su furia y eso nos quita hasta las ganas de trabajar (y como muy sacrificados no somos...). Quienes pueden huyen de las ciudades hacia los centros turísticos y aunque cual saurios se tienden al sol, todo es diferente, porque allí está el mar para refrescarse y especialmente no hay más nada para hacer. La fiaca sí, en verano, es doblemente bien recibida.
Hasta el Parlamento --salvo por la labor de una comisión que este año se ha propuesto complicarle las vacaciones a algunos ministros-- se ha tomado nuevamente descanso, y eso que los escritorios de los legisladores tienen aire acondicionado. En definitiva, hay que pasar enero, cada cual protegiéndose del calor como se pueda. Eso mismo --a juzgar por sus viajes-- piensa el mismísimo presidente de la República, José Mujica, quien primero aprovechó la invitación de Sebastián Piñera y con su esposa (a la vez senadora) Lucía Topolansky se fue a la Antártida, precisamente el lugar ideal si del calor del paisito se quiere escapar.
No fue --claro está-- una visita que tuviera otra intención que la de disfrutar, pasarla bien y hacer un poco de turismo en el sur del sur.
Y lo hizo, se divirtió. Mientras, en el paisito los bancarios siguen en pie de guerra, los policías denuncian lo que consideran injusticias del Ministerio del Interior, y ajusticiamientos, asaltos y más violencia siguen asolando.
De la Antártida, el presidente voló a San Pablo, para almorzar con su amigo “Lula” y entrevistarse con algunos empresarios a los que pretende convencer de invertir en Uruguay. Obviamente, no se trata de una visita de Estado tampoco, más bien de una escapada para abrazar a un amigo enfermo. Porque, a no dudarlo, los empresarios también están de vacaciones y podrán compartir una cachaza, pero no mucho más.
Es cierto que en enero, incluso por una cuestión de salud, hay que bajar las revoluciones, tratar de no exponernos más de lo necesario al sol y al calor; tomar mucho líquido, en fin, seguir todas las recomendaciones para mantener nuestra buena salud.
No obstante eso no significa que el Presidente --nada menos-- se tome tan en serio las vacaciones y se la pase fuera del país, disfrutando sus días de verano, mientras en este período estival los problemas no solamente no se han tomado vacaciones sino que han recrudecido. Ahí están los empresarios turísticos que sostienen un día si y otro también que la temporada es pobre, en tanto el Ministerio de Turismo se esfuerza desde la web de Presidencia por afirmar que los empresarios se equivocan: el éxito es total, sólo que ellos –que viven del turismo-- no se dan cuenta.
José Mujica fue electo presidente de todos los uruguayos para encabezar la administración de este país desde dentro de sus fronteras. Su lugar está entre nosotros. Menos viajes y más atención a los problemas domésticos, es lo que se espera del primer ciudadano del país.