Paysandú, Miércoles 25 de Enero de 2012
Opinion | 19 Ene Mientras el gobierno de Brasil prepara una protesta formal por las trabas al comercio que practica Argentina, e incluso pidió una reunión con la participación del secretario de Comercio de ese país, Guillermo Moreno –el gestor del esquema proteccionista del vecino país--, en el caso de la Cancillería uruguaya se estaría intentando quitar entidad al problema, para no irritar al gobierno de Buenos Aires, en el entendido de que no hay opciones reales a la vista para esta problemática.
Precisamente la Cancillería intentó calmar los constantes reclamos de los exportadores ante las trabas que impone el gobierno argentino y todo indica que no se arriesgará a perder un comercio anual de unos 600 millones de dólares por la traba impuesta para la venta de unos cinco millones, en un mensaje directo al sector empresarial, que pide una actitud más firme y respuestas contundentes por las medidas que entorpecen el libre tránsito.
Según da cuenta El Observador, el gobierno seguirá priorizando a la región en el esquema del comercio exterior, en el entendido de que el fuerte del intercambio comercial radica en la relación con los países vecinos, socios además del Mercosur, ante el hecho irrefutable de que Brasil es el primer socio comercial y Argentina el tercero, mientras a la vez hay intención de una mayor apertura hacia la extrazona en procura de diversificar mercados.
Con este fin, la Cancillería dio cuenta de que se iniciarán giras por países de África y Asia, a los que se apunta a llegar con la intermediación de Chile, que ya tiene abierta una puerta de entrada al continente asiático, como un intento además de equilibrar el intercambio comercial con naciones emergentes y compensar las dificultades recurrentes con Argentina, al punto de que el presidente José Mujica dijo que necesita de Chile y Perú para salir al Pacífico.
En este esquema es a la vez considerado como de primera prioridad el incremento del intercambio comercial con Estados Unidos, que ha ido cayendo en la lista de los socios comerciales en cuanto al volumen de intercambio. Evidentemente, por encima de consideraciones políticas, las trabas de Argentina efectivamente existen y es inútil tratar de minimizarlas, como ha hecho hasta ahora la Cancillería sobre todo, y no es de recibo además que el gobierno exprese --como lo ha manifestado el canciller Luis Almagro-- que los industriales protestan por este proteccionismo de la vecina orilla pero “no tienen plan B”, es decir que aparece un síntoma inequívoco de resignación y la apuesta a que los zapallos se acomoden solos en el carro, mientras se va llevando la relación en estos términos porque cualquier movimiento podría derivar en un agravamiento si los vecinos consideran que estamos haciendo demasiado ruido.
Y la situación está bien planteada, en esencia, por lo expresado por el directivo de la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU), Nelson Penino, al comentar que el ministro “está equivocado” porque “no debería estar en riesgo los 600 millones de dólares ni los cinco millones. Simplemente hay que cumplir lo firmado en el Mercosur. La culpa es nuestra por dejarnos pasar por arriba y dejar que los demás hagan lo que se les antoja”.
Es que el error de origen radica en los esquives y desconocimiento que sobre todo Argentina –en menor medida Brasil— hacen de los compromisos que firmaron en el Mercosur, y al no plantear firmemente nuestros reclamos, se cumple la regla de que el más fuerte y audaz sigue tironeando de la piola hasta obtener más concesiones para al final terminar negociando sobre términos que han sido arrancados “a prepo” a la contraparte, en este caso nosotros, para obtener más ventajas.
Ello explica que efectivamente desde el sector empresarial, más allá de los reclamos, no haya “Plan B” como sostiene el ministro, pero ello se debe en gran medida a que el gobierno ha priorizado en exceso el comercio y la sintonía con los países de la región, y por ejemplo se haya desestimado en su momento, durante la Administración Vázquez el presionar para la firma de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, por más que resulte difícil hacerlo en el marco del Mercosur.
Una fuente de la Cancillería comentó que es muy difícil firmar TLC por fuera del Mercosur, aunque se puede intentar un camino similar al que llevó a la firma de un TLC con México en 2004, y eventualmente explorar compromisos similares con países asiáticos, si es que nuestros socios quieren.
Pero lo que no corresponde, evidentemente, es aceptar todo con pasividad y dejar que quienes así actúan --en clara violación de la letra y el espíritu del Mercosur-- tengan vía libre para hacer las cosas a su antojo. Aunque sea por la vía del reclamo, de la protesta y hasta de alguna medida más o menos efectiva como respuesta, debería intentarse algo serio para demostrar que no aceptamos mansamente lo que se nos impone por la razón del artillero.
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