Paysandú, Miércoles 25 de Enero de 2012
Rurales | 19 Ene Que la situación es realmente complicada para los cultivos de verano sembrados en la región, nadie lo duda. Y que será aún más comprometida si no se concretan las lluvias anunciadas para este fin de semana, todos lo saben. Incluso técnicos de Copagran que accedieron a recorrer junto a EL TELEGRAFO varias chacras ubicadas en el departamento de Paysandú, fueron claros al explicar que los cultivos “están estresados” al no haber recibido agua en los últimos 27 días.
Los cultivos de primera de soja fueron muy pocos este año. “Se estima en alrededor de un 20 a un 30% en la zona, en tanto el resto fue de segunda, en especial sobre rastrojos de invierno”, sostuvo el ingeniero agrónomo Edgardo Nasta, jefe del departamento técnico de la Cooperativa Agraria Nacional (Copagran), filial Paysandú.
Los de primera fueron sembrados sobre fines de octubre y primeros días de noviembre. “Hoy están en una etapa de floración, o llegando a la etapa reproductiva y sufriendo claramente las consecuencias de la falta de agua”, dijo. Aclaró que “hay algunas situaciones más avanzadas, en donde se están dando algunos abortos de orden reproductivo”.
En los cultivos de segunda se diferencian dos situaciones: “Todo lo que fue sembrado en el mes de noviembre y primeros días de diciembre, son los que presentan mejor panorama en la etapa vegetativa. Se ve el estrés hídrico en los cultivos; la sintomatología es clara, pero quizás son los que están mejor en términos generales”.
Nasta indicó que cerca de un 30% del área de sembrada “se sembró posterior al 23 de diciembre, por lo que hace casi un mes que no tienen agua y muchos de ellos no han nacido, y los que si lo han hecho, las plantas están muriendo por problemas hídricos”.
La condición actual del suelo es un problema importante para la soja. “Ya desde noviembre comienzan a aparecer en el departamento y la región, niveles de agua disponible muy bajos en el suelo. Se acentúan en diciembre y hoy es muy mala la condición hídrica”. El técnico subrayó que “es claro que un área cercana al 10% de los cultivos de la siembra de fines de diciembre hoy la estamos dando totalmente por perdida”.
Falta de agua
El ingeniero agrónomo Carlos Bonino manifestó a EL TELEGRAFO que “más de la mitad del área de segunda está plantada después del 15 de diciembre y la otra mitad en la primera quincena de ese mes. Estos en general tienen una población aceptable de plantas; las pérdidas están en los suelos más superficiales o secos de los potreros y están acusando la falta de agua en el desarrollo”. Dijo que “cuando se aprecian cultivos con poco más de un mes de nacidos, apenas están asomando los rastrojos; son plantas que están con seis o siete hojas y sin embargo tienen un desarrollo bastante pobre”.
Los cultivos sembrados en la segunda quincena de diciembre “terminaron emergiendo con la lluvia del 23 de diciembre, que fue muy despareja, con lugares de 35 y 40 milímetros, y otros de 20, con el déficit hídrico que había esa diferencia se nota y mucho”, acotó.
El técnico precisó que en los lugares en los que llovió de 15 a 20 milímetros, “dio para germinar y emerger pero en el camino se perdió mucha plata. Están quedando ralos y en algunas zonas se están perdiendo. Hoy se aprecia aún más la diferencia de suelos: los que están en suelos con menor capacidad de almacenar agua (cretácico) se ha perdido muchas plantas, mientras que en suelos algo mejores, si bien los cultivos están muy estresados (dos a tres hojas) todavía hay una población de plantas que puede sobrevivir de concretarse las lluvias de este fin de semana”.
“En los cultivos de primera sí se hizo un buen barbecho”, precisó Bonino. “Uno sale con el suelo cargado de agua. Con esa agua los cultivos de primera han tirado hasta ahora, pero obviamente están faltando precipitaciones para cuajar el área reproductiva”, acotó. Para el profesional “los de segunda dependen de las lluvias que se den en el período. Salen con el suelo prácticamente agotado porque el cultivo de invierno se tomó toda el agua. Eso, más algún enmalezamiento de fin de ciclo en cultivos de invierno, que uno no los puede controlar porque en cultivos en etapa reproductiva no se puede echar ningún herbicida, hace que la siembra de los de segunda sea sin agua disponible, dependiendo únicamente de que llueva”.
Bonino aclaró que en los cultivos de segunda, “si los rastrojos que quedan en la superficie son buenos, tienen una mayor habilidad de captar el agua que llueve que los de primera. Un cultivo de primera que todavía no cerró el entre surco cuando llueve mucho el agua se evapora, en cambio en los cultivos de segunda esto no sucede porque se mantiene”.
sanidad
“Teniendo en cuenta que el cultivo viene estresado por la falta de agua, es importante cuidar que otros agentes externos impidan que siga el proceso”, aclaró a EL TELEGRAFO la ingeniera agrónoma Natalia Tey-za, quien citó agentes “insectos y malezas”. Agregó que la falta de humedad “también repercute en que no haya tantos problemas de fitopatógenos, como son los hongos”.
La profesional sostuvo que “tenemos que ver la problemática de los insectos. En estos momentos lo que más se está viendo son arañuelas y trips, lo que se aprecia cuando se monitorea permanentemente el cultivo. Los productores familiares deben estar atentos a los cultivos, ya que estos insectos causan daños mecánicos en la soja, provocando rotura por mayor resecamiento. Ahí también se ve mayor defoliación y acelera el proceso de machucamiento de la planta”.
Si este fin de semana se registra una lluvia considerable que supere los 40 milímetros, “puede determinar la aparición de hongos y justo en las sojas de primera que están atravesando la etapa reproductiva”. Acotó que la lagarta “si bien está presente, no es la plaga que más se ve y puede tener incidencia si las lluvias son de mucho volumen”. Consideró fundamental que se observe periódicamente los cultivos, “para conocer la entidad de los daños y analizar la viabilidad del insecticida que se debe usar en insectos o fungicidas si son hongos”.
Maíz y sorgo
En cuanto a la situación del maíz, Nasta explicó que “las siembras fueron tempranas y se sabe que las pérdidas de los potenciales de rendimientos serán importantes. Se habla de pérdidas que van desde el 30 al 50 por ciento”. “El sorgo tiene mejor comportamiento ante estas situaciones extremas”, aclara el profesional, “por lo que aún no se evaluaron posibles pérdidas”.
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