Opinion | 24 Ene En su reciente visita a Paysandú, el secretario general del Directorio de OSE, Mario Bianchi, anunció a EL TELEGRAFO que el ente está “desarrollando la posibilidad de tener en aproximadamente un año los prototipos de plantas portátiles para el tratamiento de saneamiento, con lo que estaríamos previendo situaciones tanto de fraccionamientos de primer nivel como asentamientos de ciertas características y determinada cantidad de gente donde se pueda establecer el sistema”.
Estos equipos conocidos como “plantas de efluentes a nivel modular” serían similares a las UPA (Unidades Potabilizadoras de Agua) que son fabricadas por Aguasur S.A., una empresa privada de capitales públicos, integrados por OSE y la Corporación Nacional para el Desarrollo, y que han resultado muy efectivas para la potabilización en situaciones extremas, e incluso han sido exportadas a países donde el abastecimiento es crítico.
Respecto a las unidades de tratamiento portátiles de residuos cloacales, Bianchi expresó que en el caso de los efluentes “se están haciendo los estudios de la depuración del agua y el vertimiento iría a una red o a un río, y se está estudiando sobre los lodos resultantes para ver si se pueden utilizar para abono o para generar energía”.
Adelantó además que los primeros prototipos estarían prontos en un año, para luego analizar los costos de producción y mantenimiento con las pruebas correspondientes, por lo que a partir de entonces se espera desarrollar en la práctica un proyecto que podría ayudar significativamente, de contarse con una disponibilidad adecuada, a combatir una problemática muy extendida de falta de saneamiento en zonas periféricas y marginales de las plantas urbanas y localidades del interior departamental, por lo menos en forma provisoria.
El riesgo es que en nuestro país siempre se corre el peligro de que las soluciones definitivas tarden y que lo provisorio se transforme en permanente, en especial porque el saneamiento requiere fuertes inversiones que en el mejor de los casos llevan muchos años para concretarse. En Paysandú tenemos el ejemplo claro de la ampliación de la red de la ciudad y construcción de la planta de efluentes cloacales, cuyo proyecto se anunció como de inminente concreción hace más de una década y recién se está encarando parcialmente.
Sin embargo, no caben dudas que un sistema de plantas modulares como el que plantea el jerarca de OSE, sería un invaluable aporte para el medio ambiente en lugares donde los costos hacen inviable la conexión a la red principal de la ciudad. Quizás podría incluso ser un principio para recuperar cursos de agua urbanos que están contaminados, como el arroyo Sacra o La Curtiembre en Paysandú.