Opinion | 22 Ene La maestra desea enseñar a trabajar en equipo. Forma grupos de cuatro o cinco chicos. A uno de ellos le encomienda preparar un informe estableciendo la fecha en que fue instalado el Monumento a Artigas que todos conocemos en Paysandú.
Los escolares salen en busca de información. No hay una dependencia dónde preguntar. No hay un registro de fechas de inauguración de monumentos. Recurren a los padres y estos a sus conocidos. Así aparece una persona que estudia la historia sanducera, tiene mucho material sobre la misma y gustoso accede a brindarles información. Los chicos realizan un completo trabajo que incluye una entrevista video grabada y el resultado final es un “Excelente” para ellos.
Por otra parte, los sábados y domingos se difunde por una emisora sanducera un programa que plantea una pregunta sobre la historia sanducera. Son muchos los llamados y mensajes de texto que responden aunque muy pocos formulan la respuesta correcta apenas la interrogante plantea algunas dificultades.
Asimismo, en un acto patriótico realizado en nuestra ciudad, el conductor, leyendo un guión, se refirió a los sesenta días que duró la Defensa de Paysandú e hizo otras apreciaciones inexactas.
Creemos que estos tres ejemplos, todos ellos reales, muestran claramente dos hechos fundamentales: por un lado que existe un enorme interés de todos los sanduceros de conocer la historia de su terruño y por el otro que no se dispone de un sistema práctico para acceder a la información histórica. Es más, en estos momentos y desde hace bastante tiempo está cerrado el Museo Histórico Municipal, obvio referente cuando se trata de estudiar el pasado sanducero.
Todo esto que planteamos y, definitivamente, todo lo que pueda expresarse sobre el tema nos lleva a la ineludible conclusión de que debe crearse un organismo, una dependencia, un sistema, al que llamaríamos –como posibilidad—“Instituto Histórico Sanducero” teniendo objetivos muy claros.
Debería esta institución compilar toda la información referente a la historia del Paysandú y en consecuencia establecer un mecanismo que permita acceder a la información disponible a todos los interesados, desde escolares hasta investigadores de todos los temas o sucesos del pasado sanducero.
Desde el punto de vista práctico vemos a este Instituto, llamémosle así, integrado como un claustro de historiadores, profesores de historia, investigadores, representantes del Ministerio de Educación y Cultura, de la Comisión Nacional y Departamental de Patrimonio, de los organismos universitarios sanduceros, de la Dirección Municipal de Cultura y otros que correspondan. A su vez, existirá una sección cuyo cometido será implementar y ejecutar las tareas que se disponga en base a la información y directivas aportadas por el grupo aludido precedentemente.
Veamos, el objetivo sería elaborar lo que podemos llamar una “Enciclopedia Histórica Sanducera”, es decir una base de datos en permanente actualización que permita a cualquier buscador encontrar desde la fecha en que se dispuso establecer un puesto en el Paso de Sandú hasta la resolución de interés general firmada ayer por el Intendente de Paysandú. También debería poder asesorar o eventualmente participar en la elaboración de materiales basados en la historia de Paysandú como programas de turismo temático, publicaciones de toda índole, presentaciones gráficas, trabajos literarios, cinematográficos, animaciones y demás. El equipo de trabajo que llevaría a la práctica esta tarea podría estar encabezado por un responsable, y varios pasantes que deberían surgir preferentemente de los cursos de historia y eventualmente informática que realizarían la tarea “de oficina” así como trabajo “de campo” cuando sean necesarios.
El Instituto deberá estar adecuadamente equipado, pues si la tecnología actual, a la cual ya estamos acostumbrados en Internet, permite disponer de una biblioteca de un millón de ejemplares en una tableta y de motores de búsqueda que “peinan” billones de datos en segundos, sin dudas se puede albergar sin problemas la abundantísima información sobre la historia sanducera que se dispone y la que pueda surgir en el futuro. Pensamos que esta idea debería ser considerada y parece ser que resultaría más práctico y conveniente para los intereses sanduceros crear una dependencia municipal con estas características, o mucho mejor aún, establecer una organización mixta que cuente con el apoyo del Gobierno Departamental similar a la Comisión de Amigos del Teatro Florencio Sánchez.
Un organismo de las características que enunciamos puede resultar de enorme utilidad para responder a las necesidades actuales de información y comunicación así como a los requerimientos que se generarán muy próximamente con hechos tan trascendentes como la restitución de la Villa de la Purificación y el Cuartel General del Hervidero a sus verdaderos propietarios: los Orientales todos.
Por lo expuesto, no perdamos tiempo, comencemos ya el proceso de construcción de tan necesario como valioso Instituto Histórico Sanducero.